Capitulo 25

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No sabía que decir.

Su respuesta no me la esperaba, para nada.

Pero eso no significaba que no me gustara, de hecho, su respuesta me hizo sentir de una manera especial.

Lo único que pude hacer es sonrojarme y sentarme en el pasto junto con Ashton, que no dejaba de mirarme.

- Bueno, quisiera saber que hiciste hoy, cómo la pasaste ayer en el día, si has terminado el dibujo de tigre que me dijiste que terminarías. - rió - pero, primero quiero hacerte la pregunta que he querido hacerte toda esta tarde... ¿Qué te sucedió anoche?. -  su tono de preocupación se notaba a kilómetros de distancia.

Empecé a recordar el maldito momento y mis ojos se llenaron de lágrimas. - Es Michael... ósea, no específicamente él... sino que, él sería la "victima" si se podría llamar así. - Hice una pequeña pausa para tomar aire. - Verás, Caroline está engañando a Mike con Harry, que es la novia de Lau, y Lau está súper mal y Mike todavía no sabe.

- ¿¡Qué?! - respondió al instante. - ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Para qué? - estaba demasiado asombrado. Al parecer no se imaginaba para nada que fuese esa la razón de mi melancolía.

- Okay... La respuesta de la primera pregunta, fue ayer en el día cuando Lau recibió la maldita noticia. La segunda, fue en la casa de Harry, ya que él la llamó por teléfono para que hablaran en su casa. La tercera, - Ashton se estaba tranquilizando un poco. - Porque según Harry, había encontrado a alguien mejor, bueno, a Caroline... - Fruncí los labios. - Y la cuarta, no sé... 

Suspiré profundamente mientras Ashton me agarraba de la mano. - ¿Y Michael no sabe nada?

- Absolutamente nada. - afirmé mirando el cielo que se estaba nublando.

Ashton agachó la cabeza mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
Era entendible, porque se trataba de su amigo.
A su amigo lo estaban engañando y él no sabe absolutamente nada...
Ashton va a querer hacer algo para solucionarlo, pero si profundizas bien lo que está pasando, te darás cuenta que meterse en el gran lío, sería lo peor que hagas.

- No podemos hacer nada. - Despisté a Ashton de sus pensamientos. - Lo único que podemos hacer es...

- Deprimirnos. - Había leído mis pensamientos. - pero no, todavía podemos hacer algo...

- ¿Algo cómo qué? - Todavía no captaba su idea.

- Protegerlo. - Me miró profundamente a los ojos, cómo si tratara de entrar en mi mente para saber si lo captaba.
Y todavía no lograba captarlo.

- ¿Protegerlo? - Pregunté demasiado confundida.

- Si, aún no es tarde.

- ¿Y cómo piensas hacerlo? O mejor dicho... ¿Cómo piensas que lo haremos?

- No sé, yo sólo quiero proteger a mi amigo... Y obviamente que tu también. - Había sonreído al fin. - Son hermanos, bien hermanables. - Rió.

Acepto que su frase fue muy incoherente, pero también acepto que me hizo reír bastante.
Y eso provocó de que se calmará el ambiente.
Estaba demasiado tenso, y odio estar en tensión.

- Ash... - Me tranquilicé. - Tú también tenías que contarme algo...

- Tienes razón. - Se quedó pensando y luego aclaró su garganta. - Es... es mi madre. - Sus lágrimas no tardaron en aparecer. - Mi madre, entró en depresión. - Era inevitable no abrazarlo.

- ¿Qué? - Fue lo único que pude decir.
No conocía a su madre, pero por lo que Ash me había contado, es una muy buena madre.

- Ya sabes, problemas, problemas y más problemas ¡es lo único que sucede! - Lo abrazé tan fuerte cómo pude.
Traté de calmarlo haciéndole cariño en el cabello, que sabia que eso le encantaba

- Tranquilo Ash, sabes que estoy aquí para ayudarte si lo necesitas... Ella es una gran mujer y estoy segura que podrá salir de eso.

- Eso espero. - Secó sus lágrimas. - pero la causa es grave.

- ¿Tienes las fuerzas para decírmela ahora? - Lo miré a los ojos. - ¿O prefieres decírmela después?

- Cuando esté más tranquilo... Pero si te diré, eres la única que me apoya bien. Te quiero demasiado. - Me dió un delicado beso en la mejilla.

Lo entendía, era obvio que no quería decírmela ahora, se había puesto verdaderamente  mal cuándo recordó su problema y en éste momento habia estallado.
No quería que esté más triste de lo que estaba, así que no lo obligaba a contarme su problema.
Me había sonrojado por aquel beso que me implantó en el rostro.
Y le hice cariño en su rostro mientras éste miraba el pasto

- ¿Te gustaría conocerla? - Me preguntó con la mirada todavía en el pasto.

- Si ella quiere y puede, claro. - Le sonreí cómo en signo de confianza.

Ashton había sonreído. No saben cuanta felicidad me causó eso.

- Si puede, y la verdad... Le he hablado de ti antes de que cayera en depresión, y me dice que debes de ser una buena chica, y que quiere conocerte.
Y ya sabes, cuando alguien quiere algo de verdad, no importa cómo este, o al menos eso siempre me dice ella. - Nuevamente sonrió. - Asi que si, ella sí puede y quiere conocerte.

- Pues me alegra mucho que piense así. - Pose mi mirada en el cielo. - Entonces tú me dices cuando voy a visitarla.

- Si, yo te digo. Además, lo bueno es que no está tan grave, recién está empezando su depresión. - Suspiró. - Lo malo es la razón por la que está entrando en eso...

Hubo un pequeño silencio entre nosotros. - ¿Sabes? - Me aclaró. - Te contaré la causa, ahora. - Su voz segura me había impactado. - Pero, quisiera contarte mientras caminamos por el parque, me sentiría más relajado al decirte.

- ¿Estás seguro Ashton? - Pregunté dudosa.

- ¡Claro! - Afirmó. - Necesito desahogarme con alguien, y la mejor persona con la que puedo hacerlo es contigo. - Aseguró. - Así que, ¿Vamos?

Un Amor Entre Voces ( Ashton Irwin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora