¿Esto es correcto? [PurplePhone]

Capítulo Uno.

Vaya día. Era de estos en los que no querías salir de la cama, y planeabas dormir por siempre, acurrucado en las mantas.

Lamentablemente, este joven debía levantarse, había que trabajar.

-Callate, callate, callate...-musitó el joven de cabello morado, golpeando su mesita de noche, intentando apagar la alarma que resonaba en su cabeza como una bomba.

Abrió los ojos con pesadez, y de misma forma se levantó.

Miró su escritorio, no había dormido demasiado, estuvo haciendo tareas y deberes desde que llegó a su casa, en la tarde.

Mientras se ponía su uniforme, miró el reloj, y sorprendido se dio cuenta de que eran las 11:48 pm, ¡¿Cuándo pasó esto?!

-Mierda, no puedo llegar tarde...-se vistió rápidamente, y corrió directo al trabajo, sin siquiera comer.

En otra parte, un pelinegro discutía con su hermano.

-¿Ahora qué? -preguntó, molesto, observando su celular.

-Scott, socializa un poco con tus amigos, no puedes estar en eso todo el día. -regañó Alex, junto a él.

El menor de ambos gruñó- Ya dejame y vete a casa, ya van a dar las 12:00 y de seguro no querrás estar aquí, ¿o si?

-No tienes remedio, Scotty. -sonrió, y le revolvió el cabello- Te veo en casa.

Fue a la entrada, y al momento de salir, chocó accidentalmente con el peli-morado, provocando que este caiga de espalda al piso.

-¡A-Alex! -el menor se avergonzó enseguida, provocando que sus mejillas se pongan un poco rojas- Lo siento, no te vi salir y-

-Vincent, calma, ¿si? Dios, que nervioso eres, ya te estas pareciendo a Jeremy -rió un poco, ayudándolo a pararse- Scott ya esta en la oficina, ve rápido antes de que los animatronicos se activen.

El oji-gris asintió, claro, que no se fue sin antes despedirse.

Al entrar a la oficina, vio a Scott en su celular, como siempre.

-¡Hola, Mr Ring Ring~! -le abrazó por la espalda, provocando que el contrario se asuste un poco y le mire mal.

-Llegas tarde. -gruñó con enfado.

-Tenía sueño, lo siento, no te enojes conmigo~ -le abrazo aún más. En respuesta, el mayor le empujó, provocando que Vincent caiga al suelo, golpeándose el trasero.

-No vengas a joder, ¿si? -dijo, con notable enfado- Eres irritante, no puedo soportarte ni un solo día más, hay veces en las que me gustaría jamás haberte ayudado de pequeño, para así jamás haberte conocido. -gruñó, sin pensar ni meditar sus palabras.- Ahora muevete que hay que trabajar.

Scott había estado discutiendo con Alex, cosa que a él le enojó mucho. Alex, por su parte, no le tomó importancia y siguió como si nada.

Scott si le tomó mucha importancia, y había estado enojado por eso, todo el día.

Vincent miró a un lado, con algo de tristeza en su mirada, no entendía el porqué. Él siempre molestaba a Scott de esa forma, pero jamás le había respondido aquello, él no buscaba una respuesta así, especialmente porque lo dijo como si no le importase nada.

-...S-Si...-y el de morado se levantó del suelo, tomando la Laptod para revisar las cámaras.

El de lentes le miró algo extrañado, y un poco más calmado- ¿Enserio vas a trabajar sin molestar?

-...Si...

Aquello en verdad le impresionó bastante, pero decidió no darle importancia, era hora de trabajar.

(...)

Eran las 4:00 am, mientras Scott revisaba los pasillos, comía un sándwich que se había hecho en casa esa misma tarde, antes de salir.

Vincent varias veces levantaba la mirada, para mirarle a él y su alimento, él tenía hambre y sueño. No había comido ni dormido bien durante toda esa semana.

Trabajar e ir a la Universidad en verdad es algo agitado, razón por la cual, comparte su casa con su novia, Mahogany, quien intenta ayudarle en lo que puede.

-¿Qué tanto me ves? -preguntó el pelinegro, sin voltear a verle.

-¡N-Nada! ¡No te estoy viendo! -Vincent apegó su mirada aún más a la Laptod, intentando no toparse con la cara de Scott.

El otro rodó los ojos, pero a la vez, aquella escena le resultó algo... ¿cómica? O al menos la cara que puso Vincent, lo era.

De pronto un pequeño ruido se hizo presente, Vincent se retorció un poco en la silla, intentando pasar desapercibido, pero en verdad tenía hambre, y su estómago planeaba recordárselo constantemente.

-¿Pasa algo?-preguntó el mayor, volteando a verle extrañado.

-No... Nada...-Al menor, en cambio, le resultaba algo muy penoso y vergonzoso preguntar si su compañero le podía dar un poco de comida.

En otra ocasión, lo hubiese hecho, pero las palabras de este aún resonaban en su cabeza, aquí el peli-morado se preguntaba si Scott en verdad lo consideraba un amigo, o si era un simple estorbo. Aunque no quisiera, Vincent comenzaba a pensar seriamente que era la segunda opción.

El tiempo pasó, más rápido que de costumbre, según ellos. Aunque para Vincent, fue una completa tortura, también, observando como Scott comía algo, en verdad necesitaba comer.

-Hola, hermanito. -saludó Alex, sonriendo, acercándose a ellos.

-¿Qué haces aquí? -preguntó el otro, irritado.

Vincent simplemente pasó junto a ellos, no iba a intervenir una pelea de hermanos que no lo incluía en lo absoluto.

-¡Vin! -el nombrado giró con confusión y algo de miedo, ¿había hecho algo malo?- Ten, cuando nos vimos noté que tenías hambre. -extiende un par de tostadas, muy sonriente.

Al menos se le agrandaron los ojos, com un brillo en ellos, y sonrió muy animado.

-No creo que tenga hambre, me hubiese pedido comida a mí...-musitó Scott, antes de que alguien más respondiera.

-¡Gracias! ¡Sí, tengo hambre!

Y aquello bastó para que Scott le vea sorprendido, y Vincent comience a comer con muchas ansias.

-Si tenías hambre, ¿por qué no me pediste comida a mí? -preguntó el de ojos miel, con una extraña sensación al ver como Vincent abrazaba a su hermano, como un agradecimiento.

-Oh... Y-Yo... No quería molestarte...-respondió, en un tono bajo, pero audible, el peli-morado, antes de mirar su reloj y luego a los hermanos, muy nervioso.- Adiós, debo irme a la Universidad.

-Adiós, Vin. Cuidado. -soltó Alex, abrazándolo.

-Adiós, te veo mañana. -dijo Scott, sin interés alguno. Vincent asintió y comenzó a correr directo a su objetivo.

-¿Qué te pasa? -preguntó el mayor, mirando a su hermano con cierto enfado.

-¿A qué te refieres?

-No seas tan frío, ¿no viste como te miró? -la verdad, Scott no lo hizo. No se fija en los sentimientos de los demás. - Scott, debes aprender a apreciar lo que tienes.

Le dio una palmada en el hombro, y se retiró, sin siquiera esperarlo.

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