Capítulo 41:

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Narra Jos:

Acaricié las mejillas de ____________, aún dormía, luciendo completamente hermosa. Era la tercera noche que dormía en la misma cama que ella. Las cosas había agarrado un ritmo pacífico entre los dos. Nos entendíamos y ya había confianza, cualquier indico de tensión entre nosotros había desaparecido. Habíamos marcado nuestros límites y superado algunos otros.
Se reía de lo que le decía, y ella me contaba las mejores historias de cuando iba a campamentos durante la secundaria. Me di cuenta de que tan divertida podía ser, pero igualmente que tan comprensiva, tenía una alma buena y limpia, cosa que casi note desde la primera vez que la vi. Pasábamos mas tiempo juntos, los momentos incómodos de silencio se estaban sustituyendo por momentos de compartir cosas. El juego de las damas chinas parecía no aburrirnos, ella cada vez aprendía a jugar mejor. También había llevado mas libros para que pudiera entretenerse. Leíamos juntos algunas historias y comentábamos al respecto. Luego nuestras platicabas se tornaban casi en debates de cualquier aspecto de la vida. __________ era una persona que sabía de lo que hablaba.
Ninguno de los dos recordaba muchas cosas de la infancia, pero las demás historias fluían. Yo le contaba sobre mi vida cuando era un poco mas normal, por su expresión se que ella tenía un montón de preguntas, y sabía cuanto se resistía a hacerlas por la manera en que se mordía el labio cuando escuchaba mi platica. Seguro se preguntaba como había terminado así, pero era algo que ni yo podía responderme.
La observé por unos segundos más, y me di cuenta de cuanto la estaba amando. De verdad lo hacía, sin importarme las consecuencias de eso, quería intentar todo para que nuestros caminos se enderezaran, ella me perdonara por todo lo que le había hecho y poder estar bien con ella, de la manera más adecuada.
En mi cabeza había estado rondando la idea de huir con ella, idear un plan para mantener a salvo a mamá y a __________, salir de ahí y buscar protección. Aun no estaba seguro si era una idea coherente, pero algo debía arriesgar, en todas mis opciones tenía algo que perder, pero en unas tenía algo más que ganar que en otras.
Salí bruscamente de mis pensamientos cuando ______________ tosió. Hizo un gesto de disgusto, pero siguió durmiendo.
Me levanté de la cama, le di un último vistazo y salí para ir a ver a mi mamá.
Cuando llegué con el desayuno, ella ya estaba despierta mirando la televisión. La ayudé a acomodarse para que pudiera comer y me senté a un lado de la cama para acompañarla. Platicamos mientas ella tomaba su desayuno. Mi mamá siempre era calida y tenía muchas historias que contar, las cuales siempre me entretenían y me hacían reír.
-Escucha, creo que tengo algunas viejas revistas allá arriba.- señaló la parte superior del ropero.-¿Podría bajarlas por mi?.
-En seguida.-dije y tome una silla para poder alcanzar hasta arriba. Una vez arriba me topé con un montón de cosas viejas, cajitas, libro, ropa, etc. Tuve que remover un poco las cosas polvientas para dar con las revistas.
-Las tengo.- exclame. Tire de ellas para poder sacarlas ya que era un gran bonche. Accidentalmente golpeé un caja de cartón de forma redonda haciendoque cayera del ropero, cuando golpeó el suelo esta se abrió. Di un salto de la silla con las revistas en mano.
-¿Son fotos?.-Pregunté al ver todo las que se habían regado.
-Eso creo, no recuerdo haberlas puesto y ahí.
Le extendí las revistas a mi mamá, así quede con las manos libres para recoger el regadero. Al principio no alcanzaba a distinguir de qué o quién eran las fotos, muchas habían caído boca abajo. Me agaché, tome un monton, las acomodé todas y observe la primer foto. Me tomó un segundo, pero de inmediato reconocí a mi mamá, lucia mucho más joven. Pude reconocer que estaba en el central park de NY, sonreía inmensamente en la foto.
-¿Está eres tú, mamá?.
-Déjame ver.- dijo y extendió la mano para poder ver la foto. Al mirar el retrato sonrió sorprendida al principio, pero de inmediato sus ojos estaban llenos de nostalgia.
-Así es. Soy yo.- siguió sonriendo.- Fue el primer viaje que hice junto con tu padre. Fue hace mucho tiempo, tú aún no nacías.
-Te veías muy bonita, mamá.- dije, y ella cambió su expresión a ternura. Seguí viendo las fotos, luego se las pasaba a mi mamá para que ella las viera también, había muchas del viaje a NY, después encontré otras donde ya estaba yo en la primaria, incluso había mas del día que me disfrazaron de borreguito. Mi mamá reía y casi lloraba al verlas, y había unas más de cuando era un niño pequeño, estaba en el jardín de lo que había  sido nuestra antigua casa, la cual yo no recordaba, había más, eran de mi cumpleaños número 4. Llegué a una donde estaba mamá, Sergio, y otra pareja, un hombre y una mujer casi de la misma edad de mis padres.
-¿Quienes son?.- Le pregunte a mi madre y le di la foto. Vi como ver la foto la incomodó, casi la hizo ponerse nerviosa.
-Viejos amigos.- dijo en forma cortante.- Bien, creo que es hora de guardar todo.-
Yo miraba  la siguente foto, era casi idéntica pero en esta estaba yo y otra niña casi de la misma edad que yo, parecía ser la hija del otro matrimonio.
-José, recogelo todo y déjalo en su lugar.- mi madre insistió sonaba casi desesperada.
Examiné  a todos, al llegar a la niña, la mire minuciosamente. No recordaba nada de eso, pero mi cerebro sabía como reconocerla. Mi cuerpo se heló al ver de quien se trataba. Era _________, era ella y estaba ahí en la misma fotografía que yo.
-¿Que es esto?.- pregunté casi aturdido. No entendía nada, ¿Como era posible?. Mis ojos debían de estar jugandome una broma de mal gusto.- ¿Pero como....?.-No sabía ni que preguntar.
-José, creo que es mejor que guardes eso.-dio mi madre.
-No, yo no lo creo, !Mamá, es....! ¿Tú lo sabías?.- Vi que sus ojos se cristalizaron. Me sentía confundido, ¿Por qué estaba a punto de llorar?.
-Mamá, explícame.- dije con tono pasivo pero desesperado. Mi madre suspiró.
-Tu padre y yo solíamos ser muy unidos con los Ocampo. Tú padre y Leonardo era amigo y socio de Leonardo y su esposa, Elena era mi mejor amiga. Todo iba de maravilla, teníamos grandes planes a futuro, hasta el día que tu padre nos hizo perderlo todo. Leonardo estaba en posición de tomar acciones legales, pero prefirió cortar todo contacto y vínculos que tuviera con nuestra familia. Término los negocios, saco a tu padre de la empresa y nosotros nos fuimos al otro lado de la ciudad. Tú y _________ eran muy pequeño y es por eso que no lo recuerdan.
-¿Tú sabías que se trataba de ella cuando te dije lo que estábamos haciendo?.- mi voz se entrecortaba por toda la rabia y coraje que estaba sitiendo, los ojos se me cristalizaron.
-Sí.- susurro, al oírlo una lágrima cayó por mi mejilla, y me agarré el cabello.- Jos, si lo sabía, pero escucha...-mi madre no podía parar de sollozar.- No sé, no sé porqué tú padre está haciendo, de verdad no lo sé, no estaba consiente del daño que le causaría.
-No digas eso, ¡Lo sabías! ¡Tú lo sabías, pudiste advertirme!.- levanté la voz.
-José, no lo sabía. Creí que si te lo decía todo sería peor para ti.
-Eres egoísta, ¡Hice esto por ti, mamá!  ¡Para tenerte a salvo de él!.-hice una pausa. El odio contra Sergio se acrecentaba.- No sé si realmente valió la pena.
No la dejé hablar más, salí de su habitación con fotografía en mano. Estaba aturdido, no sabía lo que hacía, sólo caminé hasta que me dejé caer sobre el suelo, deslizando mi espalda por la pared. Vi de nuevo la fotografía. Ahí estaba _________ a mi lado, sólo que ahí era una niña de tres años aproximadamente. Tenía muchas preguntas, no sabía que haría como las respondería o si dejaría que las cosas siguieran como si nada, no sabía si decirle a __________ o no.
Pace mucho tiempo sentado en el pasillo, con el rostro rojo de coraje y conmoción, mirando la foto y pasando mi mano por mi cuello y mi cabello.
Después de un rato me tranquilice y baje a la cocina. Estuve ahí por otro buen rato.  No quería que ___________ se diera cuenta de lo que había pasado. Cuando estuve listo fui a mi habitación, ahí estaba ella. La cama ya estaba tendida, pero ella estaba acostada aún, de hecho dormitaba. Me acerque sigilosamente. Ella abrió lo ojos y me sonrió, pero se veía con el semblante exhausto. 

-¿Que tienes?.- Pregunte.

-Me siento enferma.- respondió con voz débil.- Creo que estoy resfriada.
Puse una mano en su frente, tenía un poco de temperatura.
-Tardaste mucho.- habló de nuevo. Asentí, pero desvíe la conversación.
-Te traeré comida y algún medicamento, ¿Sí?.- le di un beso en la mejilla salí de la habitación de nuevo. Procuré no tadar mucho, no quería que estuviera sola. Cuando volví, le di una pastilla para la temperatura.
-No tengo hambre.- me dijo cuando le ofreci el desayuno.
-Tienes que comer, __________.
-Pero no tengo hambre.- Repitió.
-No quiero que te enfermes más. Si eso pasa no podre llevarte al hospital.- Se me quedo mirando, casi como si se pusiera en mi lugar. Suspiro, y comenzó a comer. Cuando terminó nos acostamos ambos en la cama,a pesar de que apenas era medio día. Ella se durmió inmediatamente sobre mi pecho. Yo me quede despierto, le acariciaba el cabello. No podía dejar de pensar en lo que había pasado, ahora entendía ciertas cosas, pero me había llenado de más dudas.
No le diría absolutamente nada de lo ocurrido a _____________, no la lastimaria con algo así, además nada me aseguraba que ella entendería la situación. Estaba seguro de que ella, al igual que yo hasta ese momento, no recordaba nada de la infancia que habíamos compartido y tal vez así debía permanecer por algún tiempo.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2017 ⏰

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