Capítulo 19:

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Narra Jos:

Al salir de la habitación donde teníamos a ______, de inmediato me dirigí a la mía. En cuanto entre avente la botella de alcohol y el algodón contra el suelo. Tenía todos los sentimientos a flor de piel: odio, rencor, remordimiento, dolor, amor. Pasé mis dedos entre mi cabello y recargue la frente contra la puerta de el ropero. Estaba arto de esa situación. Deseaba con todas mis fuerzas ser un chico normal, él cual asiste a la universidad, tiene una familia y conquista a la chica de sus sueños, alguien como ______. Pero mi realidad era otra. Día a día tenía que luchar con mi padre, ser una mala persona y lastimar a los demás para sobrevivir, cuidar de mi madre, la cual tiene los días contados gracias a una enfermedad en los pulmones. Suspire y me senté en el borde de la cama; junté las rodillas con los codos y me cubrí la cara las manos. Pasé un buen rato en esa posición pensando en cual era la decisión correcta, que iba a ser de mi vida, cual seria el final de todo. La desesperación por encontrar una salida me carcomia.

En las veces que entraba a la habitación de _____, al mirarla dormir me inundaba las ganas de tomarla e irme lejos: con ella. A un lugar donde mi madre estuviera bien, no tuviera un padre desgraciado y un inútil viviendo en el mismo techo que yo, donde no tuviera que actuar cual un delincuente, donde pudiera vivir tranquilo y sin el miedo de un día perder todo lo que quiero: Mi madre y ______. Pero quizá ni el mismo cielo hubiese podido satisfacer mis deseos.

Me levanté de la cama y comencé a andar por toda la habitación, de un lado a otro, una y otra vez. La culpa golpeaba mi pecho. No me agradaba ignorar a ______ y tratarla como si fuera nada, pero no tenía otra alternativa. Sabía que si la ignoraba quizá logrará sacar la dulce mirada que aún conservaba de mi cabeza. 《Puedes hacerlo, como en el principio》 me dije mentalmente. Así era, traté de recordar cuando recién habíamos efectuado el secuestro. Recordé las veces que la golpee, incluso, cuando la amenace de muerte. Jamás lo haría, ni siquiera en ese momento tenía planeado cumplir la advertencia. No era un asesino, de eso estaba seguro. Pero el recordar el temor en su mirada, me hizo sentir aún peor. Apreté los ojos y sostuve el aire.

Así permanecí hasta que terminé con los intentos de convencerme de que podía soportar esa vida. Pronto terminaría esa mierda. Mi padre cumpliría su estúpida meta (que aún seguía sin saber de que se trataba), _________ volvería a su vida perfecta, y, en cuanto a mi: saldría de ese lugar, procuraria que los últimos días de mi madre fueran dignos e intentaría rehacer mi vida en todos los aspectos. Aún que quizá me resultaría imposible lidiar con la idea de ________ estaría en un vida aparte de la mía, algo muy diferente y sin una esperanza de que los caminos se unieran.

Narra la escritora:

-Detective Mendoza -El hombre de piel morena extendió la mano para saludar a Leonardo. Este la estrecho y dijo:

-Buenas Tardes.-hizo un pausa- Por favor tome asiento. -Señaló la silla que estaba frente al escritorio. Mendoza acepto la petición.

-He estado dando seguimiento al caso de la señorita _______ durante la última semana y media. -Comenzó hablando el detective-. Según sé hay un posible sospechoso: Sergio Canela.

Leonardo asintió mientras una oleada de rencor recorría su espalda.

-Bien, lamentable o desafortunadamente no podemos asegurar que el implicado tenga algo que ver con la situación. Pero, por el momento he investigado un poco acerca de él.-continuó explicando- De esa forma podemos reunir la pruebas suficientes para presentar algún cargo.

Mendoza abrió su portafolio, del cual extrajo varios folders de color crema.

-Me limitaría a creer que Canela no tiene asuntos en este caso -prosiguió hablando- Pero según sus razones, señor Leonardo, para creer que él es el responsable de la desaparición de su hija, sumado con el historial que he reunido de él. No me da mas opción que compartir la creencia con usted.

Extendió varios papeles sobre el escritorio; Leonardo prestaba atención.

-Según lo que he investigado; Sergio ha enfrentado distintos cargos en los últimos años, empezando con una demanda por un adeudo de $300, 000. La cual libro al solventar la deuda. -Mendoza hizo una pausa y continuó- Aún no entiendo como logra librarlas. Por lo que se tiene problemas con el juego -Leonardo asintió, él mejor que nadie lo sabía- Pero me queda bastante claro que es un hombre astuto. Según mis investigaciones de los años 1998 a 2002 lo perdió todo. Incluso llegó a presentar un cargo por intento de robo, pero la pena en la cárcel fue sustituida por 247 hora de servicio comunitario, las cuales no cumplió, así pagando una fianza de $5000. Su mujer, Sasha, es quien, según se, lo mantuvo, por muchos años. Hasta que en un buena jugada, Sergio ganó una muy buena cantidad de dinero.

Leonardo comenzaba a sentirse aturdido, era demasiada información, cada palabra lo sorprendía más. ¿Cuanto puede ocurrir en la vida de u persona en solo unos años?.

-Ultilizo sus conocimientos en los negocios - continuó Mendoza- e invirtió una parte en un negocio de Instrumentos Musicales, y la otra parte la consumió en casino.-inquirió como si fuera obvio- El negocio quebro en solo unos años. Desde entonces Sergio mantiene una vida de estatus económico Medio Alto. Incluso cuando las deudas le llegan hasta el cuello. Por lo que tengo entendido, no ha abandonado las apuestas, ese es su estilo de vida. Una jugada mala y tiene deudas, cuando viene la buena, solventa todo.

Por fin Mendoza guardo silencio y miró a Leonardo, quien estaba pálido. El detective se aclaró la garganta y se acomodó la corbata rojo carmín que llevaba en el cuello.

-Señor Ocampo, hay muchas razones por las que es posible que Sergio Canela tenga a su hija. -agregó- Pero seré sincero. Quizá este hombre ni siquiera querra dinero, solo busca venganza. La cual tal vez se cobre, incluso con la vida de su hija. Él solo busca destruirlo.

Mendoza sabía lo que decía, pues en un primer encuentro Leonardo se vio obligado a hablar de todo lo que había sucedido con Sergio. Todo el pasado estaba volviendo. Leonardo estaba abstraído pensado en los años de amistad que tuvo con Sergio, cuando todo era bueno. Recordó a Sasha y al pequeño Jos.《Ya no es más un niño》 pensó, los años había transcurrido, a ese niño que amaba como a un hijo, ahora era incluso mayor que ________. La pregunta 《¿Qué será de ellos?》amartillo su mente.

-No, eso no pasará. -dijo Leonardo al salir del limbo. En su voz había coraje- Mi hija estará de vuelta, y ese maldito hijo de perra pagará todo lo que ha hecho.

Trust Me| Jos Canela Y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora