CATORCE

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Te vi, al otro lado del salón. Tenías una expresión seria, como muy pocas veces. Entonces me armé de valor y caminé hacia ti.
Y te besé.
No me importó que los demás vieran.
No me importó la cara de horror de algunos.
No me importó los murmullos a mi alrededor.
No me importó que mis padres estuvieran ahí.
Sólo me importaste tu.
Solo me importó la sonrisa llena de felicidad y asombro que tenías.
Sólo me importó el presente.
Sólo me importó que todos supieran que yo soy tuyo y tu eres mío.
Porque una guerra se avecinaba y si no salíamos vivos, quedaba el recuerdo de nuestro amor.
Porque en un mundo donde la homosexualidad no era aceptada, el decirte que te amaba en frente de todos, era mi más grande muestra de amor Dylan.

Cortos de una noche de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora