Je ne sais pas

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Capítulo 3: Je ne sais pas

Marinette llegó dispuesta a terminar su trabajo, y seguramente lo habría terminado, claro, si no tuviera algo llamado vida social, no es que ello fuera malo, todo lo contrario pero, en ese momento en el que su mejor amiga subió las escaleras hacia su habitación, supo que sería imposible terminar. Sobre todo porque no tenía un pretexto para lo que estaba haciendo, ¿Qué le diría? ¿"Es un sombrero para Chat-noir porque quiero conquistarlo"? No, definitivamente surgirían más preguntas y su identidad correría peligro, Alya no debía descubrir su secreto, sería peligroso, ¿No? Bueno, era su mejor amiga y la más grande fan de Ladybug pero... Dios, definitivamente ese no era su día.

-¿No estás feliz? -preguntó la morena extrañada al observar como su mejor amiga sostenía la cajita entre sus manos con total tranquilidad.

-¡Claro que sí! Siempre he querido ir a un desfile como éstos. -sonrió

-Sí, pero creí que estarías más, no lo sé, loca. -sugirió con una ceja alzada.

-Bueno, lo estaría si hubiera pasado en otro momento, pero hoy no, ya no.

-¿Estás bien? ¿Tienes fiebre? -Alya tocó la cabeza de la joven, ella rió.

-Tranquila, estoy bien. Sólo que ya entendí que él sólo me ve como una amiga. -Una pequeña parte de su ser seguía sintiendo decepción, pero el sentimiento de superación y libertad que le producía dejar atrás aquello que la ataba a un amor sin futuro, iba ganando terreno rápidamente.

-¡¿Qué?! ¿Quién te dijo eso?

-Él mismo.

-Y, ¿Cuándo pasó? ¿Por qué no me lo habías contado?

-Porque eso fue hoy.

-¿Hoy? Creí que no habían hablado.

-No en la escuela, pero me acompañó cuando venía.

-Espera, espera, es mucha información para procesar, ¿Qué fue lo que pasó exactamente?

-No mucho, en realidad. -soltó una pequeña risa al recordar lo ocurrido.

-Como si no te conociera -en el rostro de la morena se formó una sonrisa maliciosa. -Sé cuando mientes, Marinette, por algo soy tu mejor amiga.

-¿Mi-mintiendo yo? -el rostro de la joven comenzaba a teñirse de su característico color rojo.

-Si no me lo dices, ¡Te lo sacaré a la fuerza! -Comenzó a hacerle cosquillas, por lo que Marinette se reía como loca e intentaba parar a su amiga, hasta que cayó de la silla en la que se encontraba. -Oh, lo siento, ¿Estás bien? -preguntó la pelirroja preocupada.

-Sí, pero no lo vuelvas a hacer -respondió aún entre risas.

-De acuerdo, minina. -acarició su cabeza como si se tratase de su mascota.

-¡Alya! -reclamó la azabache haciendo un puchero. -no me trates como gato. -Su amiga rió.

-¿Por qué no? ¿Quién dice que no eres un gato? Tal vez tú seas Chat-noir y no quieras decírmelo. -contestó juguetona.

-Eso no tiene sentido -rió.

-Calla, Chat-noir. Te perdono porque también tengo un secreto. -hizo una pausa dramática, su mejor amiga sabía lo que venía, no pudo evitar reír de nuevo. -¡Yo soy Ladybug! -Exclamó poniéndose un antifaz que sacó de su bolso.

-¡Oh no! Todo este tiempo te tuve frente mío y jamás me di cuenta, eres cruel, my Lady. -instintivamente besó la mano de su amiga.

-¡Hey! Si coqueteas es raro.

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