Capítulo I

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Además de hablar con un contestador, a mi rutina se le sumó el recuerdo constante de cada momento que viví con ella. La mente nos juega en contra constantemente.

¿Alguna vez se sintieron tan mal que hasta el recuerdo más lindo de todos les afecta?

Quiero contarles mi historia con Emma, que desde el principio no fue sencilla pero que no merecía el final que tuvo.

Para ese tiempo todavía vivía con mis padres y mi hermana, para evitar problemas ni Rydel ni yo llevábamos amigos a casa, en el caso que alguno lo haga el otro estaba en todo su derecho de por una vez hacer lo mismo. Pero ese no era el caso de Rydel, cada tanto algunos de mis amigos venían a casa para luego irnos a una fiesta o simplemente para charlar, pero ella nunca hice uso de su"derecho" si podemos llamarlo así, lo que a todos nos llamaba la atención.

Para cuando Rydel cumplió 16, mis padres se sentían mal por el hecho de que ella nunca pudo disfrutar pasar un rato en casa con amigas y siempre debía salir. Por lo que por primera vez en mi vida, organizaron una fiesta para celebrar. Todos los amigos y compañeros de ella vinieron. La casa estaba llena de gente y a penas se podía caminar, obviamente mis padres no se quedaron esa noche y me dejaron a cargo para que controle que nada grave pase. 

Me encontraba abriendo una botella de cerveza cuando la ví. Una joven de estatura no muy alta pero no baja, rubia con el pelo hasta los hombros, pero eso no me llamó la atención. Desde donde me encontraba se podía creer que sus ojos eran los clásicos ojos oscuros, pero al darle la luz te podías dar cuenta que no, que estás completamente equivocado. Sus ojos son grises. Algo además de eso me llamaba la atención, pero todavía no entendía qué.

Me acerqué a hablarle ya que la noté un poco solitaria.

- ¿Tan mal la estás pasando que te aislaste del resto? ¿Qué dirá Rydel si te ve?

- Seguramente me agradezca por hacerle caso, ella me dijo que me quede.

- ¿No quería que te robes la atención de todos?

Mi comentario la hizo sonreír.

- No, estoy segura solo quería ayudarme con un problema.

- Algo me dice que no debería preguntar.

- Comentario inteligente, ¿y vos? ¿por qué tan apartado de todos? ¿o vas a decirme que te preocupó verme sola y viniste hacerme compañía?- hizo puchero.

- ¿Ahora está mal querer que todos disfruten una fiesta?

Ambos reímos. El ambiente era tenso, nadie sabía que decir para cortar con el silencio entre los dos. Hasta que de repente algo ocurrió, la chica pareció alterarse y se levantó del asiento y me llevó con ella. Nos encontrábamos en ese momento en el centro de la pista de baile.

- Sé que es raro esto, que apenas nos conocemos pero ayúdame en esto.

No entendía nada.

- No te des vuelta, por nada del mundo. Fingí estar hablando conmigo hasta que yo te lo diga.

Durante unos minutos hice lo que me pidió mientras ella fingía reírse delo que decía y miraba para todos lados.

Al rato volvió a la normalidad.

- Bien- suspiró-, muchas gracias acabas de solucionarme mucho.

- Sé que no me tendría que meter pero, ¿qué fue lo que acaba de pasar?

- Es una historia larga pero resumiendo, me estoy escondiendo de mi ex novio si puedo llamarlo así. Gracias.

- De nada, ahora si mal me acuerdo creo que no nos presentamos. 

- Es verdad, mala mia. Soy Emma- me regaló una sonrisa.

- Riker- estreché su mano.

- Con que vos sos el famoso Riker...

- No sabía que soy famoso- reí- ¿qué se dice de mi?

- Rydel dice que sos un pesado, y que si te tengo cerca mejor corra. Pero teniendo en cuenta que acabas de salvarme me doy cuenta que exagera.

- Que buena hermana tengo, la verdad la fama que me da es impresionante.

- Ella sola no habla, te la nombré porque es a la única que creo que conozcas.

- Bien bien, ¿y puedo saber qué sos de ella?

- La mejor amiga, no aceptes otras versiones.

Y se fue. Me dejó ahí parado preguntándome mil cosas y pensando en todo lo que dijo con las pocas cosas que habló.

La mejor amiga.

Let Her GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora