El espejo

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Ellyn viendo que no conseguía nada golpeando la puerta, se giró mirando al hombre él la miraba con ojos penetrantes y se acercó a ella con decisión, la cogió del brazo de malas maneras y la obligó a ponerse en frente del espejo.

   - Muy bien así, ahora míralo y espera unos segundos – Dijo el hombre.

Cuando menos se lo esperó apareció una figura de una joven chica pelirroja, piel blanquísima con unos ojos ambarinos muy brillantes y unos dientes puntiagudos ensangrentados, Llevaba un vestido de tirantes rojo sangre un poco raído.

El blanquísimo brazo de la mujer emanó del espejo seguidamente del otro apoyándose en el aparador e impulsándose hacia afuera, haciendo que aquella mujer pelirroja con cara demoníaca saliese del espejo quedando al lado de Ellyn.

Ellyn daba pequeños pasos hacia atrás titubeando con temor hasta que se pegó a la pared y se deslizo hacía abajo hasta que quedó sentada en el suelo. La mujer recién salida del espejo echó a andar de la misma forma que las demás mujeres, retorciéndose. Avanzó con paso lento y retorcido hasta quedar enfrente de Ellyn, agachó mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa en la que dejaba ver sus afilados dientes y cogió a Ellyn del brazo y la fue arrastrando hasta el espejo.

   - ¡SUÉLTAME! ¡DÉJAME! – gritaba Ellyn con histerismo mientras intentaba forcejear en vano.

Ellyn se retorcía para deshacerse de ella, aquella mujer subió al aparador, Ellyn tuvo que levantarse para no chocar contra él y se subió también. Las dos cruzaron el espejo dejando atrás la casa y dando la bienvenida a un lugar con aspecto lúgubre y frío, una espesa neblina rodeaba el lugar al igual que desnudos arboles de los cuales colgaban cadenas y sogas. Ellyn estaba muy confundida, tenía mucho frío y miedo, cayó de rodillas a la fría y húmeda tierra ensuciando sus rodillas. Inspecciono el lugar con la mirada hasta que se dio cuenta que la mujer pelirroja había desaparecido.

Ellyn a duras penas se puso de pie y empezó a andar temerosa mirando a un lado y al otro. Por el suelo había varias muñecas rotas que daban escalofríos y varias lápidas decoraban aquel lugar tan siniestro. "¿Serían de verdad?" Pensó Ellyn. Oyó el ruido de unas cadenas próximas a ella, se miró en dirección al ruido, vio a la joven chica esquelética con piel semitransparente que colgaba de unos grilletes del árbol. Apenas tocaba el suelo y parecía que le costaba mucho respirar.

   - Ayúdame – Decía aquella joven

   - Tú...eres la del espejo – Dijo Ellyn con los ojos como platos y acercándose a ella.

La fue inspeccionando, daba mucha lástima se veía tan frágil... Pronto reparó enseguida en los ojos, frunció el ceño y se acercó más a mirar. Ellyn se llevó las manos a la boca, las cuencas de los ojos estaban vacías, lucían un color negro intenso.

   - Ayúdame

   - No eres real, no eres real – Se repetía Ellyn mientras se alejaba a pequeños pasos hacia atrás.

   - Por favor ayúdame – Suplicaba

Algo se movía de entre los árboles. Una mujer cayó de ellos, seguidamente se incorporó. No parecía como las demás, esta mujer era alta y esbelta, lucía un largo y precioso vestido de palabra de honor azul cubierto por una chaquetilla. Llevaba la capucha de la chaquetilla puesta pero se dejaban ver mechones de pelo moreno y sus ojos claros. Se acercó a Ellyn con una sonrisa en la cara.

La Casa Del FiguradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora