Capítulo 10

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Capítulo 10.

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Narrador.

—Espera... ¿Me estás diciendo que el mundo está en peligro? —preguntó Dipper en un intento de organizar sus ideas, el mayor negó repetidas veces.

—El universo está en peligro, niño. Esto es algo muy grande, tan grande que ni nosotros, ni ningún habitante de este planeta podría llegar a comprender —explicó. Mientras iba organizando papeles y planos en un escritorio en el que ya no cabía nada más. Dipper tan solo rasco su nuca confuso.

—Sí todo lo que dices fuera verdad... ¿Qué tenemos que ver nosotros en todo esto? 

—Llama a Mabel, ella también debe oír esto —ordenó sin apartar la vista de sus papeles. Sin decir palabra Dipper se fue en búsqueda de su hermana, seguro estaría jugando con Pato en el ático.

—¿Mabel? —llamó Dipper mirando a la chica, que en este momento se encontraba de espaldas. 

—¿Quién es ella? —habló la chica con una voz melódica y un tanto escalofriante.

—Vamos, no das ni un poco de miedo —dijo riendo levemente. Ésta se fue girando lentamente, tenía una mancha roja en su cuello y un tajo que pasaba desde la mejilla hasta la frente. Al verla Dipper dio un respingo y retrocedió, y para su mala suerte tropezó cayendo de espaldas al suelo. Enseguida una risas se escucharon de abajo de ambas camas y no tardaron de contagiarse a Mabel, que ahora no podía parar de reír.

—Eso no fue gracioso —se quejó Dipper con una mueca de desagrado. 

—¡Sí que lo fue, debiste ver tu cara! —dijo Mabel intentando dejar de reír.

—¿Y a quién tienes ahí? —preguntó Dipper evadiendo el tema de su humillación. Las mencionadas salieron de su escondite y se pararon en frente del chico.

—Cierto, me olvidé de presentártelas —hizo una pausa y señaló a la robusta—, ella es Grenda —señaló a la otra— y ella Candy. Las conocí hace un mes —comentó con una sonrisa. 

—Que lindo amigo tienes —susurró Candy a Mabel.

—¡Es mío! —contestó ésta, pero en voz alta por lo que todos la escucharon. Dipper la miró un poco confundido pero decidió mejor no decir comentario.

—Por cierto, a lo que venía. Tu tío Ford quiere hablar con nosotros dos.

—Hum, ¿para qué?—preguntó limpiando su cara con un trapo, aunque la pintura no parecía salir con facilidad. 

—No lo sé, no me lo dijo—contestó y rió levemente—. Ven, déjame ayudarte. —Dipper tomó el trapo y lo mojó en la tina de agua que se encontraba a un costado de la cama.

—No se me había ocurrido—dijo soltando una risa nerviosa, ambos estaban muy juntos. Mabel lo miraba con atención, parecía muy concentrado en limpiar cada punto de pintura. 

Se escucharon unas risas traviesas y, sin tiempo a reaccionar, Mabel cayó sobre Dipper besando sus labios involuntariamente. Ambos se separaron sonrojados y miraron a las causantes del beso, Dipper sólo caminó a la puerta intentando ocultar su sonrojo y a Mabel se le formo una sonrisa tonta en el rostro.

—¿Por qué hicieron eso?—preguntó avergonzada después de que Dipper se fue. Ambas se miraron y sonrieron cómplices.

—Grenda vio posible ship—contestó con su voz gruesa. Mabel las miró con reproche, aunque en su interior seguía fantaseando con el beso.

—Bueno, debo ir con mi tío. Luego nos vemos, chicas—dijo saliendo del ático. Sus dos amigas la saludaron y se pusieron a hablar de dios sabe qué. Dipper la esperaba a los pies de la escalera, el beso aún recorría su mente de arriba a abajo.

—¡Oye!, ¿hay alguien en casa?—preguntó la chica dándole un suave golpe en el hombro, Dipper la miró confuso y reaccionó.

—¿Eh? Ah, sí sí. Vamos con tu tío Ford—sonrieron amistosos y caminaron hacia el, ya arreglado, laboratorio de Ford. Éste los esperaba con dos tasas de chocolates en las manos.

—¿Y ésto por qué?—preguntó Dipper dando un sorbo a su chocolate. El anciano alzó los hombros.

—Me aburrí de esperar—ambos le sonrieron en agradecimiento y se sentaron en las sillas que les señaló.

—¿Y qué es lo que nos tienes que decir, tío Ford?—al tiempo que hacía la pregunta una sonrisa curiosa se le formaba en el rostro. El mencionado se aclaró la garganta y comenzó.

—¿Se acuerdan de Bill? —ambos chicos asintieron en respuesta—, el tiene poder sobre todas las dimensiones y de desformarlas a su gusto.

—¿Qué tiene qué ver eso con nosotros?—El anciano suspiro y lo miró con una sonrisa nostálgica.

—Eres igual de impaciente que yo a tu edad. Respondiendo a tu pregunta ustedes tienen mucho que ver con esto. Existe otra dimensión muy parecida ésta, pero lo que cambia son sus roles... —relataba Ford pero fue interrumpido por Mabel.

—¿Me estás diciendo que hay otra Mabel?—preguntó la chica entusiasmada.

—Sí, pero de igual manera no creo que la puedas llegar a ver, o al menos deseo que no. Déjenme continuar—dijo con seriedad y ambos chicos asintieron—, Bill intentó invadir esa dimensión pero ustedes lo vencieron. Aunque eso haya pasado el demonio tenía un plan B, ustedes lo vencieron juntos; entonces decidió separarlos. Son hermanos, chicos.

—No, no, e-eso no es posible—negó repetidas veces, tan sólo dos palabras habían acabado con todas sus ilusiones. Pero no solo las de la chica, Dipper sentía como si a su corazón lo hubieran estrujado con fuerza, mucha fuerza. 

La chica miró triste a Dipper y salió corriendo con lagrimas en los ojos. Dipper caminó con paso lento y un gesto de decepción en su rostro. 

Stan entró preocupado a donde se encontraba Ford y lo miró exigiendo una explicación.

—¿Qué? Sólo les dije la verdad, que eran hermanos—explicó Ford confundido. El hermano tan solo suspiro.

—¿No observas lo que pasa a tu al rededor, no?—Ford lo miró con un rostro que reflejaba completa confusión.

—¿A qué te refieres?—Stanley volvió a suspirar.

—Ambos están enamorados. 

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Terminó. Espero les haya gustado c:

¡Bye bye!♥  


 

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2016 ⏰

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Separados por un demonio. «Pinecest»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora