Tirados entre espinas
el anochecer azota nuestra cara
la distancia acortada
entre cada suspiro
mi respiración encontrando la tuya
ondeas la bandera negra
en declaración de guerra.
No me canso de hacerte poemas
con tu ayuda eliminando dudas
estas en mis sueños,
te cuelas hasta en mis pesadillas
empezamos como locura
seguimos sin querer encontrar la cura.
Te llevo presente en mis ojeras
sin perderte en la cloaca
con gracias y risas navegas
llenas mis vacíos existenciales
quiero perderme contigo en los Andes.
Odio la cafeína y sus defectos
pero adoro el café de tus ojos
amanecer con tu sonrisa
en un cuarto helado
sigo vivo por estar a tu lado.
Me recitas con tu brisa
nuestras caricias deprisa
nacimos revolcados en tierra
decoramos con flujo la yerba.
Se excitan las estrellas
ocultos en tu habitación
no quiero encontrar la salida
regálame prosa con tu cuerpo
desentiérrame, aun no estoy muerto
todo empezó en juego y abrazo
corrernos en la supernova del ocaso.