Amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo que esperas dar; es decir, todo.
El amor es como la fiebre: nace y se extingue sin que la voluntad tome en ello la menor parte.
Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna.
Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor.