Lights in darkness.

Tres

Estuve gritando por el dolor durante horas. No podía apenas moverme y Chris estaba allí parado, mirando cómo sufría. Me preguntaba por qué no estaba muerta.

—Recuerda este sentimiento, Ludovica. Recuerda el dolor. Cuando vayas a convertirte, aférrate a lo que estás sintiendo. Será tu ancla para controlarte.

Pero no le hacía caso. Chris afirmaba que era por mi bien, que ese disparo me ayudaría. Claro, me mataría y ya habría una amenaza menos para la sociedad. Me ayudaría a liberarme de mí misma, a dejar de ser un monstruo.

Yo no le contesté, no quería hacerlo. Si pudiera haberlo hecho, le habría matado en aquel mismo instante. Le habría hecho trozos y habría acabado con él. Lo odiaba. Lo detestaba por hacerme lo que me hizo.

No obstante, el dolor fue disminuyendo poco a poco y a medida que se desvanecía, mi ira también lo hacía. Finalmente me quedé exhausta. Me hallaba tendida en el suelo, tan solo el tronco lo tenía medio incorporado. Chris permanecía enfrente de mí observándome como si fuera su experimento. Como si le gustara lo que veía.

—¿Ves? —Se acercó a mí y se agachó para tomarme la mano— estás bien. Ese dolor es el que tienes que recordar.

—Te pude haber matado —dije deshaciéndome de su agarre.

—Yo me podría haber defendido, Ludo. No te mentí, estoy aquí para ayudarte.

—Vaya ayuda.

DOS MESES DESPUÉS.

¿Recordáis cuando dije que me había prometido no hacer amigos? ¿No abrir mi corazón? ¿Que todo ello era para evitar hacer daño a alguien que me importara? Pues se fue al garete.

Tenía amigos y no hablo de Charlie, el dependiente de la librería. Él quedó en el pasado. Tenía hasta una mejor amiga: Arianna. Ella tenía un par de años que yo y aunque era muy infantil para unas cosas, para otras estaba bien. Me divertía mucho con ella. También estaban Ally y Lily. Ellas dos tenían sus respectivos novios pero entre las chicas llevaban un bromance curioso. Ambas decían que eran novias y que se pertenecían mutuamente. Sus novios eran mejores amigos y cuando éstos desaparecían, las chicas se daban el amor que sus parejas no les daban. Alex era también otra buena amiga, aunque ella siempre estaba con sus dramas, pobre. Otra chica, con la que no tuve demasiado contactos, era Grace. Ella era muy divertida y era la mejor amiga de Paul –más abajo explico quién es–. También Emma, una pelirroja que, al igual que Ally y Chris, se había decantado por la caza de hombres lobo. Era muy fría, la podía entender, pero a la vez era una chica genial. Por la parte de los chicos tenía a Chris. Sí, Chris seguía en mi vida. Con el tiempo me di cuenta que realmente quería hacer de mí una licántropa sin peligro –seguía estando pendiente, había progresos pero no demasiados– y con más tiempo aún... Nos enamoramos. O, al menos, nos gustamos. Estábamos juntos para aquella época. Chris era de la familia de Ally, es por ello que conocí a tanta gente. Jakob y Tristan eran los novios de Ally y Lily –en este orden–. Ellos eran daneses y estaban muy retrasados, no obstante, las risas siempre estaban aseguradas con él, y también con Paul. Paul era un chico muy majo y divertido. Siempre se alteraba con nada, sobretodo porque su gran especialidad era querer que la gente fuera pareja. Era superior a él. Él había salido de una relación hace unos meses con su ahora ex-novio, Connor. Ambos me parecían de lo más adorables, se notaba que se querían, por desgracia el chico tuvo que marcharse a San Francisco. Travis también era otro chico con el que tenía una relación amor-odio. Explico por qué. Me caía bien el chico pero a la vez decía cosas muy de subnormales así que le solía pegar con un palo de madera que siempre llevaba encima. En el fondo era divertido –muy, muy en el fondo para él–. Liam, que era el novio de Ari, tenía la misma edad que ella y casi casi era como mi hermano pequeño. Tenía una ligera obsesión con el chocolate. Kyle, el novio de Alex, era un chico que siempre había sido un poco fiestero y con ganas de estar con chicas y acostarse con ellas, sin embargo, con Alex había dejado de ser así. Yo siempre le decía que no le quería, que me caía mal y me metía un montón con él, en realidad era un buen tipo.