Capítulo I

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|| Ruby ||

—Los declaro, marido y mujer; puede besar a la novia —fueron las palabras del sacerdote y acto siguiente los recién casados unieron sus labios en un tierno beso.

Ruby Powlison y Daniel Foster oficialmente estaban casados en un día 15 de julio del año 1982.

Ella estaba segura de haber encontrado al hombre indicado, después de años de relación se dio cuenta que en Daniel encontró todo lo que buscaba, un chico cariñoso, atento, respetuoso, y muy apuesto. Al igual él sabía que Ruby era la mujer perfecta en todos los aspectos. Aquella pareja daba pinta de un amor eterno, daba pinta.

El primer año de matrimonio de los Foster fue un balde de miel y amor, aún se encontraban en la cuna de lo empalagoso.
Unos meses después les llegó la hermosa noticia de conciliar a su primogénito. Durante ese lapso de tiempo todo era entorno al bebesito tan esperado, y en cuanto supieron que sería niño todo su mundo se tornó azul, ropa, cunas, mamilas y hasta las paredes de su habitación.
La barriga de Ruby cada vez era más grande y las sensaciones eran más claras; no había fecha exacta pero se sentía cada vez más cerca el momento.

Iniciaba el año de 1984, un año bisiesto un año en el que el momento había llegado. Ese bebesito venía al mundo en el día menos esperado, el 29 de febrero, una fecha que se vive solamente cada cuatro años.

Era único.

Ruby lo tuvo por primera vez entre sus brazos, a ese pequeñito y hermoso niño de 1.800 g, como dijo el doctor, un niño muy sano.
No contuvo el brote de sus lágrimas al ver a tan bella personita, esa sensación de madre que nada lo supera.

—Mi precioso —dijo en suspiro—, eres tan pequeño y frágil como una plumilla —acariciaba su delicada mejilla—, pero el día de mañana estaré viéndote como un hombre fuerte y de carácter propio. De éxito en éxito —hablaba cálido.

—Toc toc, ¿puedo pasar a ver a mis grandes amores? —dijo Daniel de forma simpática.

ssh, está dormido —susurró Ruby.

—Venga, que tampcoo he hecho tanto escándalo —rió acercándose a la cama de su esposa e hijo—. Cielos... —dijo en aliento—, es guapísimo mi hijo, se parece a ti.

—Qué dices, eres tú vuelto a nacer.

—Oh calla Ruby, sólo mira, tiene tu boca.

—Pero esa narizita es igual a la tuya.

—Bueno, hay que admitir que este pequeño tiene un poco de ambos, así que es un chamaco el doble de sexy que nosotros —ríe.

—Qué cosas dices, estás loco —ella igual rió levemente.

—Un loco lleno de felicidad —le sonrió—, en verdad Ruby, me haces el hombre más feliz de esta tierra, eres como un sueño, eres mi princesa anhelada, eres la motivación de mi vida, Te amo, en letras mayúsculas.

—Daniel, yo también te amo en letras mayúsculas —dijo al borde del llanto.

—Amor... —acarició su mejilla—. Ruby, no llores.

—Es que soy muy sensible, ya sabes —previno con su mano una lagrima. Daniel la besó de forma tierna en sus labios, sin duda momento especial, el cual fue interrumpido por el pequeño quejido del bebé—. Ay perdón Fostersito —le dijo risueña y Daniel rió a lo bajo por ese diminutivo—, también te amamos.

—Y mucho —recalcó él—, con letras doble de mayúsculas —sonrió con ternura en sus ojos—. Amor, mañana debemos partir al registro y aun ni sabemos cómo le pondremos al niño.

—Ay Dios, es verdad —saltó los ojos como platos—. Qué irresponsables somos —decía viendo al bebé.

—Calma que somos padres primerizos —rió—. Al menos no hemos dejado al bebé en el coche o algo así.

—Daniel —expresó divertida—. Bueno ¿y traes la lista?

—Dejame checar —cantaleó revisando sus bolsillos del pantalon y de uno de estos sacó un papel doblado, era la lista que ambos habían planeado durante todos estos meses.

—Lee la por favor.

—Veamos, habíamos pensado en... ¿Jake?

—mmm, no, es como muy de caricatura —arrugó la nariz.

—¿Ricky?

—Muy de vago ¿no?

—¿Derek?

—mmm —frunció los labios viendo a su hijo—, me gusta, me gusta mucho, pero siento que le falta...

—¡Edward!

—No, es muy empresarial —hizo tono elegante.

—Juan Carlos Manuel.

—Muuuuy mexicano —ríe.

—¿Elvis?

—En serio Daniel —le dedicó una mirada con los ojos entrecerrados—, no puedo creer que lo hayas puesto.

—Bueno, tachado —volcó los ojos—. ¿Qué te parece, Manolo?

—Ahora muy español.

—Ben.

—Muy corto y simple, a ver dime más

—Bueno, sólo queda uno, es... Mark.

—Mark... —repitió viendo al pequeño—, me..., me gusta, sí, es muy lindo. ¿Qué dices?

—A mi gustaba Elvis —carcajea—, bueno bueno, también Derek era muy buen nombre.

—Ay no, Mark es mucho mejor.

—Qué te pasa si Derek es para todo un chico galán —sonrió conqueto.

—¿Mark o Derek? —emitó pensativa—, Mark y Derek... Mark Derek, ¡oye!

—Dime —decía confuso.

—Mark Derek, suena..., suena muy bien.

—No lo negaré, es un nombre muy masculino.

—Entonces así será... Mark Derek Foster Powlison.

—Pues Mark, bienvenido a la familia —acarició su carita de ángel.














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Hola, yo de nuevo, vengo con una nueva historia :O

me he inspirado en la canción Ruby 😭😭me encanta su melodía, y la letra es profunda, al escucharla anoche antes de dormir, toda una historia vino a mí, así que espero les guste

Básicamente es sobre la familia de Mark ,y el daño que sufre y cosas así, descuiden, que he metido romance ,sólo poco ,y no les mentiré ,este libro será entretenido💕

Esta historia tendrá algunos hechos basados en mi vida, así que esto es algo más tristón depre 😁💔

Espero que le entiendan y si no, haganmelo saber
Os quiero ♥💕
-F'L

Ruby    |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora