Capítulo cuatro:

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Sonreí genuinamente. Yo ya sabía que era hermosa, pero no tenía nada de malo que me lo recordará, ¿o si?

—Hoy saldremos de fiesta.—Comenté luego de unos segundos.

Emnarcó sus perfileadas cejas con sorpresa.

—¿Un día martes?, ¿enserio?—Interrogó confundido.

No le veía nada de malo el ir a beber unas copas un día de semana, sólo sería para relajarnos. A las dos de la mañana, cuando mucho, estaríamos regresando.

—Alex quisó salir.—Insinuó Brooke. La mire entornando los ojos.

—Sólo saldremos un rato. Iremos al mismo bar de siempre y listo.

Me encogí de hombros.

—¿Consiguieron identificación falsa o algo así?—Preguntó Chase intrigado. Era raro verlo en la pantalla y no frente nuestro.

—Oh, oh...

Abrí la boca y entrecerré los ojos.

¡Claro! Siempre salíamos con Chase y el nos hacía pasar mostrando su identificación. El burro había repetido un año y por lo tanto era un año mayor que nosotras.

—¿No han salido desde que me fui?—Fingió estar emocionado llevándose una mano al pecho arriba de su corazón.

—¿Ahora que hacemos?—Preguntó Brooke.

Hicé un mohin.

—Pues deben haber lugares en donde no piden identificación.—Miré a  Chase, pidiendo su ayuda. El se llevó un dedo a la boca y luego de unos segundos asintió dándome la razón.

—Si, de hecho conozco uno. Anota.

Me dictó la dirección y la anoté en pedazo de hoja. Realmente quería salir, Chas tenía razón y no lo hacíamos desde que se fue. Y no, no fue una clase de luto, simplemente me sentí desganada y Brooke lo respeto.

—Gracias.

Unos minutos después yo entre a la ducha, dispuesta a bañarme. Me cambie ahí adentro colocándome la ropa interior negra y un remeron gris que Brooke me prestó. Ella se había quedado hablando con Chase, al parecer no habían apuros. Entendía el por que, ella prefería bañarse al llegar de la fiesta y no era muy amiga del agua.

—¿Qué es lo que le sucede? Tiene cara de felicidad.

Pudé escuchar la voz de Chase, ninguno de los dos se había percatado de que el agua había dejado de sonar.

Me pregunté si yo tenía cara de tristeza muy a menudo.

Ella rió por lo bajo.

—Nada, nada. Quizás esta emocionada—contestó, hisó una breve pausa y prosiguió—. Su padre tiene un socio nuevo, está guapísimo. Sonará loco, pero a Alex no le ha pasado desapercibido.—Lo último lo susurró.

Me mantuve en silencio pegandome más a la puerta, sus voces comenzaban a disminuir el volumen y eso hacia que no permitiera escuchar con claridad.

—A Alex no le pasa desapercibido ningún chico guapo.—Dijo con sorna, y con tono de frustración.

Frunci me seño.

Me sentí ligeramente ofendida.

¿Es que acaso me quería llamar puta?

—Pero es diferente, vi como lo miraba. Era distinta—¿Distinta?, ¿yo?—. Pero me preocupa, ¿sabes? el tipo está comprometido.

Un gemido salió de los labios de él.

Amor Prohibido #WoodsAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora