Cada paso que las acercaba a la casa de Eva provocaba un nuevo nudo en la garganta de las chicas. Lidia les seguía los pasos en silencio. La madre de Eva, después de saludarlas y compartir algunos relatos del reciente viaje, notó la tensión de parte de las mujeres y preguntó si había algo que debía saber. Luz sintió que era momento de tomar coraje y terminar con el engaño. Le dedicó una mirada a su novia, como si le pidiera aliento para poder continuar. Su dulce mirada la ayudó a seguir.
Los siguientes cinco minutos fueron los más largos de su vida. Las palabras se atropellaban en su boca antes de poder decirlas, al igual que las ideas. Apenas terminó de hablar volvió a mirar a Eva y entrelazaron sus dedos. Tal como si ese gesto hubiera clavado una imagen prohibida en la mente de Andrea, su ira se hizo visible ante todos y ni las manos amables de su esposo intentando calmarla fueron suficientes para lograrlo.
Ambas chicas sollozaban ante la imagen de Andrea gritando, advirtiéndoles que no permitiría que eso sucediera, que olvidaran esa absurda idea y colocándose en medio de las dos, le ordenó a su hija que se fuera a su habitación. Lidia no se contuvo y se puso de pie. La situación iba empeorando y luego de un momento se convirtió en una pelea entre las dos adultas, mientras Jose intentaba calmarlas. Luz corrió a la habitación de su novia, se acercó a la cama donde se encontraba llorando e intentó calmarla. Y nada en el mundo la podría haber preparado para lo que pasó.
Eva en un ataque de furia la alejó de su lado y comenzó a gritarle.-NO TENDRÍAMOS QUE HABER HECHO NADA DE ESTO. TODO ESTO ESTA MUY MAL!! NO DEBERÍA SER ASÍ. ES MEJOR QUE NO SIGAMOS. LASTIMAMOS A MI MAMÁ. YO NO... NO QUIERO SEGUIR CON ESTO.
Tal como si las palabras la hubieran atravesado literalmente en el pecho, Luz solo pudo dejar escapar un sollozo y se alejó corriendo.
-No tiene sentido que sigan peleando. Esto no va a seguir.
Fue lo único que se detuvo a decir ante los adultos antes de salir, seguida por su madre.
Dos semanas después...
Luz se encontraba en la cama, como hacía ya dos semanas. Acostada y mirando hacia la ventana. La lluvia caía como ese maldito día que intentaba olvidar. Un trueno la sobresaltó y comenzó a llorar, otra vez, como cada día. En pocos minutos sintió el abrazo cálido de su madre y de a poco las piezas rotas en su interior dejaron de doler unos segundos. Los sollozos disminuyeron y se quedo profundamente dormida. Una hora después se despertó exaltada, su madre no se encontraba y el dolor en su pecho crecía hasta llevarla a las lágrimas nuevamente. Y hundiéndose en la almohada se preguntó cuanto tiempo más iba a sentir tanto dolor, sin salir de la cama, comer o hablar con alguien.
ESTÁS LEYENDO
Amistad con Luz
RomanceLuz y Eva fueron amigas por mucho tiempo. Desde pequeñas. Pero la adolescencia les presenta una idea que nunca antes habían pensado. Que pasará cuando esta idea se transforme en pensamientos, sentimientos y quizás algo mas...