El final

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Lidia colgó el teléfono con una mueca de tristeza en su rostro. Era difícil ver a su hija tan decaída, sin moverse de la cama y tener que atender a sus amigas dándoles falsas explicaciones de la ausencia de Luz. Sus intentos por hacer recapacitar a Andrea habían sido en vano, aun con la aprobación de su marido en la relación de las jóvenes. Solo esperaba que todo terminara de una vez. El teléfono volvió a sonar y al atender, una voz femenina firme pero desesperada, le pidió un favor que jamás pensó en escuchar. Colgó el teléfono y corrió a la habitación de su hija.

-Luz, amor. Andrea llamó. No te asustes, pero Eva te necesita.

Y el hecho de escuchar su nombre otra vez hizo que la castaña se tomara el pecho con las manos. La noticia hizo que se levantara de inmediato. Sin decir palabra se cambió y siguió a su madre hasta la calle, subieron a un taxi y su respiración se cortó cuando indico "al hospital".
Al llegar se encontraron con Jose esperándolas en la puerta. El hombre se veía cansado y preocupado. Les contó que luego de la pelea Eva no había estado bien, no había comido en días y luego de que su madre le pidiera que saliera un poco de su casa, recibieron un llamado del hospital. Su pequeña y frágil hija se había desvanecido en medio de la calle y un auto la había embestido. El impacto no había sido fuerte, pero el golpe que se dio al caer si y llevaban dos días esperando a que despierte. Luz no pudo contener las lágrimas al escuchar el relato y se detuvieron justo delante de la puerta de la habitación donde se encontraba su novia. El hombre dio dos pequeños golpecitos y Andrea salió, se acercó sollozando y abrazó a la joven. Le pidió perdón reiteradas veces, también a su madre, le explicó que siempre había querido lo mejor para su hija, que lo único que sentía era dolor por lo que había hecho y después de dos días solo esperaba un milagro que hiciera despertar a su hija. Le prometió apoyarlas en todo lo que siguiera en su vida y la dejo ingresar a la habitación. Luz la perdonó, a pesar de todo siempre había sido una chica bien educada y respetuosa. Abrió la puerta y se estremeció al ver a una frágil rubia conectada a tantos cables, luchando por su vida a pesar de verse tan pacífica.

-Por favor... Prometiste cuidarme siempre. No rompas tu promesa. Te amo. No me dejes.

Le susurró antes que su voz se quebrara. Y tomo su mano. En ese mismo momento el monitor comenzó a sonar y en un minuto la habitación se llenó de enfermeras y médicos, que la hicieron salir de ahí.
Del lado de afuera la desesperación por saber que ocurría era angustiante. Cada minuto era peor que el anterior. Hasta que un médico salió y les dio la noticia que esperaban. Los abrazos se cruzaron, las lágrimas fueron de felicidad y en cuanto pudieron entrar a ver a Eva la felicidad fue completa.
En esa habitación terminó el capitulo final de una historia a escondidas. Terminó el sufrimiento de vivir separadas después de tanto tiempo. Fue el final de una angustia mezclada con felicidad. Y comenzó el primer capítulo del resto de sus vidas, con obstáculos y alegrías, pero juntas, como siempre había sido y como sería por mucho tiempo más.

Amistad con LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora