capitulo 2

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...la figura envuelta en la túnica comenzó a caminar hacía mi, en un ligero flotamiento.
Alzó sus manos y se quitó la capucha. Era Freya, su mirada se clavó en mis labios y acto seguido empezó a besarme dulcemente. El pecho me dolía violentamente. Bajé la vista, tenía un cuchillo, su brillo me cegaba. La sangre salía a borbotones....

Un gritó ahogado me hizo saltar de la cama, me faltaba el aire. El sol de la mañana taladraba mi cerebro de forma permanente.
Escuche la puerta de mi habitación abrirse. Simon entró agitado y acalorado.
-tío, donde cojones estabas, la noche que salimos no te volví a ver y...-antes de que terminara lo interrumpi.
-espera tu y yo...¿salimos?-dije confuso.
-claro tío, estabas demasiado desanimado ya sabes, así que te oblige a venir conmigo a la discoteca. Te encontrabas muy borracho, me tenías preocupado, pensaba que habías echo alguna locura-contestó inquieto.
-¿por qué iba a hacer alguna locura?
-ya sabes, por lo de tu ex...todo ese rollo.
Me quedé callado, con todo el jaleo me olvide completamente de Briana. Me entristecía haberle hecho todo lo que le hice, nunca me lo perdonaré.
-No logró recordar nada de esa noche, solo se que desperté en un hotel al lado de una chica.
Simon se quedo boquiabierto.
-¡eso es estupendo!-alegó enérgicamente saliendo de la habitación.

Los días pasaban lentamente, los estudios en la universidad no me dejaban respirar.
No tenía noticias de Freya, era extraño, quería volver a verla y no sabía muy bien porqué.
Un viernes dos semanas después de lo ocurrido, Simon me ánimo a salir de nuevo, acepte pero jure que no volvería a beber nada de alcohol.
La noche era fresca y ligera, Simon llevaba unos pitillos negros y una camiseta de botones Rosácea, apestaba a colonia barata. Yo opte por unos vaqueros y una camisa negra. No me apatecia arreglarme.
Llegamos a la discoteca Brooklyn, siempre veníamos a esta, era la más cerca que teníamos de la facultad.
La calle estaba inundada de adolescentes juerguistas, que no pasarían de los quince pero que nadie apreciaba.
Pasamos por delante del gorila que tenían de guardia y entramos en el local, estaba completamente lleno de gente borracha bailando como payasos mareados. Las luces neones daban vuelta sin cesar.
Simon se quedó coqueteando con unas chicas, muy jovenes para él y yo seguí caminando hasta la barra.
-hola, un vaso de agua por favor- el muchacho de detrás de la barra me miro extrañado y me sirvió el agua. Me giré para contemplar a las personas. La música electrónica me taladraba los oídos. Los adolescentes no paraban de darse el lote en cada esquina. Daban asco. Giraba la cabeza por todos lados en busca de algo o alguien, y entonces la ví... Freya estaba bailando a unos pocos centímetros de mi. Reconocí su cuerpo y movimientos como si la conociera de siempre. Su pelo ondulado hasta el trasero no paraba de moverse, llevaba un precioso vestido negro ceñido por encima de las rodillas y unos tacones a juego que le hacían parecer mas alta, cosa que no era.
Me quedé embobado mirándola me encantaba como se movía, me ergui para ir a dar con ella pero un hombre musculoso, mucho mas grande que yo y simon juntos se acerco por su espalda y la abrazo. Freya sonrió y desaparecieron en la multitud.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2016 ⏰

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