Adoraba su mirada azul, sus labios queriendo tocar los míos, su tímida lengua, su risa contagiosa, su voz siendo susurro en mis oídos, su cuello pálido que me gustaba besar, sus manos sosteniendo las mías, sus largas piernas en sus jeans, su manera de caminar y a veces caerse, su sentido del humor, su amor por la música, su emoción por cada cosa estúpida, adoraba absolutamente todo de él.