May we meet again (AU Elycia)

Capítulo 3

- Alycia, para- decia Eliza mientras seguía a Alycia que andaba aceleradamente, la castaña se paro mirando por qué camino seguir, después siguió su camino sin desacelerar- Esto es absurdo Alycia, no puedes ignorarme, ¡ni siquiera sabes el camino! ¡Vas en dirección contraria!- le gritó esperando que se parase, cuando la castaña giro volviendo hacia donde estaba ella, la paró antes de que siguiera andando, agarrandola por los brazos para retenerla- Estas enfadada, lo comprendo, pero escuchame, y si no quieres escucharme bien, dejame que te lleve a tu casa, es tarde, no conoces el camino, no quiero que te pierdas

- Ni que te importara- dijo enfadada Alycia soltando el agarre pero sin moverse

- Dame la oportunidad de explicarme- le rogó la rubia mirando los ojos verdes de Alycia, cuando la castaña iba a soltar una protesta se apresuró a decir:- por favor- Alycia asintió, Eliza se apoyó contra un coche, miró a la fiesta, después a Alycia- Tienes razón, no quería venir sola a la fiesta, ni siquiera quería venir a la fiesta, pero no quería darle un motivo a mis amigos para seguir hablando, seguir haciendo como si me importase, y sí, me importa, no estaba preparada para enfrentarme a Samara, por eso te pedí que vinieras. Lo siento, aun estoy bastante molesta- miró a Alycia, pero ésta no la miraba- Me gustas Alycia, me divierto contigo, sé que apenas nos conocemos, pero te he visto desde el dia que llegaste con tu madre en la cafetería, no eres como las otras chicas, pensando en salir, en divertirse con cosas superficiales, te invité a unirte a nuestra noche de los viernes, porque no conocias a nadie, pero porque quería conocerte mejor, y me divertí mucho, pensé que si iba a venir a esta fiesta... por lo menos sería diferente si tu estabas

- Y me utilizaste- dijo Alycia, aunque su voz seguía sonando dolida, no tenía ese tono furioso de hacia unos minutos

- No, sé que parece que sí, pero no es así. Nunca me han gustado mucho estas fiestas, no suelo beber, me gusta bailar, eso sí me gusta, pero la principal razón por la que venía era para divertirme con mis amigos, pero todo ha cambiado- Eliza se puso delante de Alycia, obligandola a mirarla a los ojos- Quería venir con una amiga

- ¿Qué te paso con Samara?- preguntó Alycia- ¿Qué le hiciste?

- ¿Por qué supones que fui yo quien le hizo algo?- el tono de la rubia fue más brusco de lo que pretendia

- Eres tu la que se esconde- Alycia se cruzo de brazos mirandola seria

- Si, es absurdo, ¿verdad?- Eliza suspiro apoyandose nuevamente en el coche- Samara y yo discutimos este verano, se suponía que nos iriamos con todos a pasar el verano, teníamos las reservas, todo preparado, pero... mi madre contacto conmigo, después de más de diez años sin saber de ella, gracias a un detective privado me localizó, quería hablar conmigo...-Alycia por primera vez desde que habían empezado a hablar la miró, su mirada se suavizo, incluso se apoyó al lado de la rubia en el coche- No sabía que hacer, estaba confusa, después de tantos años, Samara y yo discutimos, ella no se podía creer que estuviera pensando en ir a verla en vez de ir con todos de vacaciones, se marchó enfadada, al día siguiente se fue sin mi. Estaba en el aeropuerto, camino de ir a ver a mi madre, pero entonces me pregunte, ¿que estoy haciendo? ¿Por qué debía dejar mi vida para ir a ver a alguien que me echó de la suya hacia tantos años? Cambié el billete y fui a donde estaban mis amigos, quería darles una sorpresa, sobretodo a Samara. Al llegar al lugar donde nos ibamos a quedar se veía los restos de una fiesta, Diana fue quien me abrió,- Eliza se rió con ironia- en cuanto vi su cara sabía que algo no iba bien, busqué a Samara, al entrar en su habitación, estaba con Charlotte, una de nuestras amigas, estaban las dos desnudas, haciendolo, ni siquiera se dieron cuenta de que estaba alli hasta que Diana golpeó la puerta, ambas se me quedaron mirando desde la cama, me giré, cogí mis cosas y me marche- Eliza miró a Alycia- Eso fue este verano, desde entonces Samara no me llamó, no la volví a ver hasta que las clases empezaron, solo tuve mensajes de mis amigos diciendome que debía hablar con Samara, que no debía romper el grupo. Ella me engañó, ¿y soy yo quien debe hablar con ella?- dijo con amargura la rubia