Así continuo la noche, larga, llena de reproches y contradicciones; para Nathan era tan sencillo hablar, de hecho no paraba de hacerlo. Me gusta escucharlo, pero no cuando lo único que tiene que decir es sobre mi.
El realmente no lo entiende, y no se si me da lastima o esperanza, cree ver en mi tantas cosas positivas, y ahora que entramos en el punto donde ambos sabemos la atracción que existe, lo único que puedo percibir es su insaciable deseo de querer cautivarme con sus palabras, pero sinceramente no es necesario que lo haga me cautiva sutilmente con su manía de descubrirme, me gusta que lo intente, porque probablemente no lo lograra. Y creo que lo mejor que podría hacer seria advertirle ... nuevamente, y así cuando descubra lo que soy no me sentiré culpable, o bueno, no tanto.
Ese es mi temor, el hecho que logre inquietarme con su presencia, hacerme sentir tan bien cuando estoy a su lado, frenar el tiempo cuando me besa. Me da miedo que cuando se vaya deje un vació en mi, que cuando se de cuenta que no soy lo que necesita, se lleve consigo una parte de mi. Es algo que nunca ha pasado, precisamente por eso no suelo congeniar con el resto de la gente, a nadie le parece agradable mi compañía, nadie quiere lidiar con lo que soy, con lo poco que soy, y desgraciadamente es lo único que tengo para ofrecer.
Pero haciendo algo de memoria, ya no me afecta tanto, antes podía llorar horas tratando de descifrar el porque no era lo que los demás que querían, y aunque intentara no encontraba un argumento razonable. Así que al ver que no era suficiente para nadie, empece a hacer las cosas por mi y para mi. Y al parecer esa no fue la mejor solución, ya no solo luchaba por encajar en la sociedad sino también en mi familia, algo bastante deprimente ¿ no creen ? todos empezaron a notar el cambio y se me derrumbo medio mundo encima por ello, la gente en general es tan poco cociente, mi familia, amigos, conocidos, y/o personas con las que mantenía contacto fueron el principal motivo para cambiar y cuando lo hice todo empeoro. Son demasiado egoístas a decir verdad, pero gracias al tiempo que estuve sola, aunque no quería, aunque no lo soportaba; esa soledad fue la que me enseño un sinnúmero de cosas, al principio fue algo dura conmigo, me reprendía, y odiaba que llorara por los demás, siempre que quería alejarme de ella, no me lo permitía, y traía demasiadas cosas a mi cabeza, me torturaba con esos pensamientos, me recordaba el gran fracaso que soy como persona y hacia que me quedara. Después de un tiempo me fui acostumbrando a eso, ya no lloraba, ya no me dolía, ya no me importaba; todo lo contrario, se volvió algo bastante divertido.
Físicamente estaba sola, pero solo cuando lo estaba aparecía esa pequeña voz en mi cabeza, no se como llamarla, tal vez un truco mas de mi subconsciente, una psicosis terrible, probablemente algo imaginario, o ... realmente no lo se. Pero si ustedes me preguntan, no la odio, le tengo un gran aprecio, al menos siempre ha estado hay, así sea para regañarme, o decir de una manera no tan amable las cosas que estaba haciendo mal. Aparte de eso me agrada, porque me enseño muchas maneras de desahogarme, debido a que no le gusta que llorara, y a mi no me gusta hacerlo me enseño varias cosas con las que puedo liberarme de igual forma, supongo que no tan saludables, pero demasiado funcionales.
-Continua.- Me dice Nathan tras ver que deje de hablar inesperadamente.
Mierda, mierda, MIERDAAAAAA !! Solo a mi me pasa esto.- Emma no estas sola, recuerdalo.- Me reprende mi subconsciente al darse cuenta de que he estado "pensando" en voz alta todo este tiempo. Ahora Nathan sabe mas de lo que debería, soy un desastre.
- Vamos, continua, me sorprende que la noche te haga mas sincera.- Me dice Nathan escondiendo una pequeña risa.
- Ehh... de hecho no era la idea, de verdad lo siento, siempre me pasa esto, entro en una especie de un estúpido trance y digo lo que no debería.- Respondo con algo de vergüenza.
- No me digas que me vas a dejar con semejante duda.-
- Nunca es fácil contar el pasado, y mucho menos si aun hace parte de ti.-
- Solo quiero que confíes en mi Emma.- Me dice Nathan con un tono irresistible.
- En este poco tiempo has conseguido mas de lo que cualquier otra persona hubiera podido.-
-¿ Te refieres a haberme tomado el atrevimiento de besarte ?.-
- Si, dos veces.-
- Te gusto, no lo niegues.- Dice con un tono de pregunta, aunque sabe la respuesta.
- No lo niego, pero si eso no te parece suficiente, no se que podrá saciarte porque no recibirás nada mas de mi.- Digo con decisión.
- Yo de ti no estaría tan seguro, se porque te lo digo.-
- Yo también se perfectamente porque te lo digo, y si alguno de los dos cae en este jueguito, serias tu.-
- Ohhh no lo hagas, no hagas esto por favor, no me retes.- Dice con un tanto de gracia.
- Tómalo como quieras, nadie puede conmigo.- Dejo que la arrogancia salga y reine en mi comentario.
- Nadie hasta ahora.- Me corrige.
Después de esta rara conversación, decido levantarme del suelo, y empezar a caminar, a lo cual Nathan queda realmente confundido.
- Vamos lavantate Parker.- Rio
Acto seguido se levanta y empieza a correteare por todo el parque algo similar a la primera vez, de nuevo todo es risas y cada rastro de lagrimas, tristeza, y recuerdos desaparecen por una inundación gigante de satisfacción y despreocupación, después de un rato así, ambos nos tendemos al piso por el agotamiento, reímos y bromeamos al respecto; luego Nathan me abraza con gran fuerza, y así permanecemos hasta que nuestras respiraciones se regulan.
- Gracias.- dice Nathan
- ¿ Por que ?.- Pregunto con demasiada curiosidad.
- Por encontrarme.-
- ¿ Como dices ?.- Pregunto confundida al escuchar su respuesta.
- Porque lograste encontrar lo que yo ya daba por perdido.-
Lo abrazo aun mas fuerte al escuchar lo que acaba de decirme, bajo la luz que emana el amanecer me da un tierno beso en la frente y el cansancio puede con nosotros, y caemos dormidos como si nos hubiesen dado una gigantesca paliza.
All.