Capítulo 18. Miserable

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Dedicado a mime002


P.O.V Xiomara

Hacía unas horas Alex se había ido de viaje a Canadá con su padre para arreglar unos asuntos de negocios, entre más rápido esté al pendiente de todos los negocios de su padre, al igual de las diferentes responsabilidades como gobernador, mejor.

Pronto sería la gobernadora del clan, me encanta saber que tendré más poder en el consejo que antes, ahora tendré voz y voto a no ser sólo la esposa del hijo del gobernador, ahora seré la gobernadora.

Y voy a aprovechar al máximo éstas semanas que Alexander no estará para acabar con esa miserable humana.

Esa misma noche iría por ella...

P.O.V Elena

Luego de convencer a mis padres de que no era necesario que me llevaran al aeropuerto porque Sebastián pasaría por mí, fui a la universidad para pedir permiso por un mes por el viaje, así que estaré haciendo las tareas y exámenes por módulos.

Sebastián intentó convencerme de que a su lado ya no sería necesario seguir estudiando, ya que el se encargaría de que no me faltara nada, pero me negué rotundamente.

Él había pasado toda la tarde conmigo, enseñándome cada rincón de su enorme casa. Le ayudé a preparar la cena, bueno en realidad la comida es sólo para mí, tuvo que ir a una reunión de socios en un hotel a fueras de la ciudad.

Yo estaba realmente exhausta y decidí quedarme para descansar.
Me alegraba realmente al escuchar por parte de Sebastián de que aún no me convertiría. Ya que estaba en su casa bajo su protección, sería el día que yo lo decidiera, pero no debo tardar mucho en hacerlo o sino él se verá obligado a hacerlo a su manera.

Mi habitación estaba al lado de la de Sebastián, entré y busqué en la maleta una bata de pijama que se veía realmente cómoda y un cachetero de encaje a juego en color lila, al día siguiente ordenaría todo en mi nuevo guardarropas. Me desvestí sin ninguna prisa, recogí mi cabello para no mojarlo y me puse bajo la regadera, el agua tibia se sentía realmente bien.

Después de ponerme la bata de dormir me senté frente a la peinadora y me hice una trenza de lado para no maltratar mi cabello mientras dormía. De pronto escuché ruidos provenientes de la escalera, me preguntaba si ya habría llegado Sebastián, pero él me dijo que regresaría de madrugada.

Me armé de valor para descubrir de que se trataba y al abrir la puerta me quedé en shock. Mis ojos estaban presenciando una batalla entre los guardaespaldas y la vampiresa, ¿cómo era posible?

Mi mente gritaba "corre", pero mis piernas se negaban a moverse. Ella estaba aquí, venía por mí y Sebastián no estaba para protegerme de ella.

El miedo se apoderó de mí, me obligué a mí misma a moverme y lo conseguí. Entré a la habitación y coloqué el seguro a la puerta como si eso bastara para que ella no me encontrase y entré a mi habitación. Mi corazón comenzó a latir frenético, mis manos y mis piernas temblaban, no quería imaginarme lo que me haría si me encontraba. Escuché otros ruidos y gruñidos de voz masculina, sabía que había logrado subir al tercer piso, corrí y me encerré en el baño, ya no tenía escapatoria, intuitivamente me dejé caer en el piso, cerré mis ojos y me tapé los oídos con fuerza, estaba realmente aterrada ante la idea de morir.

Amor MasoquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora