Una noche de verano

283 20 0
                                    


La alarma suena y parece que apenas hace un momento estuve hablando con mamá y acababa de cerrar los ojos. Lo que provocaba que me aún me sintiera cansada.

Salgo de la cama y vuelvo a tomar otra ducha, pero al final de ella abro el agua helada. Tengo que despertarme, esperé mucho por esta noche y tengo que disfrutarla desde ahora.

Salgo del baño y voy directamente al equipo de música, subo el volumen y comienzo a escuchar mis canciones favoritas, esas que pueden levantarme el ánimo.

Voy hasta el armario y lo inspecciono de arriba abajo, hasta encontrar algo. La fiesta es en el lago y supongo que en la noche refrescará así que opto por unos jeans, unas botas y un suéter.

Me peino y me seco el cabello mientras lo aliso, me pongo unos toques de maquillaje y por ultimo un poco de perfume.

Doy una última mirada al espejo y tomo un pequeño bolso para guardar todo lo necesario para esta noche. Oigo la bocina del auto de Meg y salgo de la habitación.

– ¡Max, vamos!

–Ya estoy aquí – propio de él, ya se encontraba en la entrada.

Blanqueo los ojos y sigo bajando. Saludamos a mamá y caminamos hasta el auto de Megan.

Max se sienta en la parte trasera mientras yo tomaba mi lugar en el asiento del co-piloto.

Megan frunce el ceño pero termina sonriendo – Me encanta como estas... Pónganse sus cinturones y avisen cuando estén listos.

–Listos – arranca el auto y avanzamos. Toma la carretera principal y pone un poco de música.

A pesar de que mi mejor amiga, era divertida, extrovertida y muchas cualidades similares, pero sobre todo ella era responsable... solo en algunos asuntos.

–Ya casi llegamos – un viaje hasta el lago duraba aproximadamente 25 minutos, chequeando la hora compruebo que solo nos ha tomado 5 minutos más el viaje.

Entre los tres buscamos un estacionamiento digno y aparcamos.

Está fue la fiesta más esperada del año. Donde todos los de ultimo año habían gastado de su tiempo para organizarla y dinero para comprar litros de alcohol.

Delante de nosotros se encontraba una enorme casa, hecha de troncos de árboles, dándole un tono campestre pero a su vez natural y muy elegante.

El lugar estaba repleto de adolescentes y todos con bebidas en la mano, la música se encontraba a un volumen razonable. Y Max grita para llamar nuestra atención.

–Nos vemos en un rato, cualquier cosa que pase tendré el celular en la mano – va hasta Megan y supongo que le dice lo mismo cuando señala su teléfono para luego dejarnos solas.

Nos miramos con mi mejor amiga y juntas gritamos – ¡Es nuestra noche!

Nos tomamos del brazo y entramos a la casa. Todos los muebles eran de roble y las decoraciones combinan perfectamente con la parte inferior. Cualquiera se daría cuenta que todo fue decorado por una experta en decoración de interiores.

–Chicas, vinieron – Jeremy se une a nosotras, nos saluda con un abrazo y nos convida de la botella que tiene en la mano.

Megan sin dudarlo la acepta y le da un largo trago al licor. Me tiende la botella y la acepto.

Jeremy ha sido nuestro amigo desde hace unos años, se podía decir que lo consideramos como un hermano ya que actúa como tal. Actúa de la misma manera protectora que Max, con Jeremy nos sentíamos a gusto cada vez que íbamos a alguna fiesta.

Coloco el pico de la botella en mi boca, inclino un poco la cabeza y le doy un trago. La bebida tiene un fuerte sabor a menta y quema toda mi garganta, para después hacerme sentir un breve calor en el estómago.

–No quiero que beban nada que no venga de mi parte ¿Oyeron? – Asentimos y nos sonríe orgulloso – Esas son mis chicas. Voy a la cocina – besa nuestras frentes y se va.

– ¿Y si vamos a la parte trasera? – pregunta Megan.

–Vamos, total ya tenemos esto – levanto la botella y le doy otro trago.

Fuera de la casa la música se sentía más fuerte, el lugar más fresco y los adolescentes más alocados por el alcohol y las ganas de bailar.

Todo el lugar estaba iluminado por luces de colores y a unos metros del lago había una pista improvisada que poco a poco comenzaba a llenarse.

Veo una pila de vasos en una mesa y voy por ellos. Una vez que los obtengo busco en la pista de baile y veo a Megan bailar con Matt, el mejor amigo de Jeremy.

–Hola Matt – lo saludo mientras me uno a ellos.

– ¡Gabrielle... Hola! – Me da un pequeño abrazo y toma mi mano para hacerme girar – Estas muy linda.

–Gracias... Tú igual – sintiéndome un poco incomoda con la situación, tomo uno de los vasos y vierto el licor en él para ofrecérselo.

Los minutos avanzan y las canciones pasan, una tras otras.

Jeremy se une a nosotros y toma específicamente a Megan. Ella no sé da cuenta pero yo sí.

Una lluvia de espuma comienza a caer y todos chillan emocionados.

Jeremy sigue trayendo alcohol y cada vez me sentía más y más feliz, por tener este momento con mis amigos.

Todo se estaba saliendo de control pero supongo que de buena manera.

–Ni loca pienso ir tras ellos – unos cuantos adolescentes borrachos corrían en dirección al lago, mientras iban dejando sus prendas en la orilla.

–Debe estar congelada. Agua, borrachera y noche no son una buena combinación.

En el momento en que los cuatro nos cansamos de bailar, nos alejamos de la pista y caminamos hasta sentarnos en un tronco.

–Tengo algo que contarles – por un lado estaba emocionada en decirles lo de los planes de verano, pero por otro lado, sentía que los traicionaba al alejarme y no disfrutar de nuestro último verano juntos.

–Te escuchamos – Matt me aprieta la rodilla en señal de apoyo y suspiro, alejándome de su toque sin que nadie se dé cuenta.

–En unos días me voy a pasar las vacaciones de verano a YellowStone con Max. La hermana de mamá quiere conocernos y mamá nos obliga a ir... Pregunté si podía ir contigo Megan y dijeron que sí.

–No sabía que te gustaba el bosque – bromea Jeremy – aunque imaginé un verano con ustedes, no puedo oponerme a tu madre Gabi, así que no me queda más que decirte ¡Buen viaje y cuidado con el bosque!

–Gracias Jer...

–Estoy de acuerdo con Jeremy, buen viaje chicas – su voz sonaba más apagada. La situación de amistad entre nosotros había cambiado para peor, me sentía incomoda casi todo el tiempo por pequeñas actitudes de su parte.

Sólo fue una noche. Alcohol. Y menos de 1 minuto.

– ¿Megan? ¿Tú que dices? – era la única que no había dicho nada y me estaba preocupando que quisiera quedarse y me condenara a irme sola con Max.

–Yo... No lo sé Gabi, tengo que hablar con mis padres y los tuyos con ellos también. Sabes que van a querer saber todo. Si ellos me dejan ir, vamos.

Salto de mi lugar y la abrazo, juntas podemos hacer que este verano sea inolvidable para los dos.

O para los tres en todo caso, porque no excluiría a Max y sé que ella menos.


En lo profundo del bosque #DiamantesAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora