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Subí al autobús y me senté en la segunda fila de asientos que había en él. Ya una vez sentada cogí el batido de chocolate y me lo bebí, las galletas no me las quise comer así que las guardé en mi mochila, en aquel momento volví a sentir esa sensación en el estómago aunque esta vez no era tan fuerte como la anterior, por lo que pase un poco de ella y miré por la ventana hasta el final del trallecto.
Llegamos a la parada, esperé a que se bajaran algunas personas y bajé yo. Cuando toqué el suelo con la planta de mis zapatos sentí algo en el hombro, como si alguien me hubiera tocado o algo por el estilo. Miré hacia un lado y otro pero no ví a nadie. A acto seguido miré mi relog, eran las 8:55 así que proseguí hasta el instituto.
Cuando llegué a la puerta suspiré fuertemente y entré a aquella jaula en la que "no se podía hablar" y tenías que parar 6 horas mirando a una persona que en realidad no te enteras de nada de lo que dice.
El timbre tocó, ya eran las 9:00 de la mañana, último día de la semana, primera hora. Bueno si... Me dirigí a matemáticas, cosa que la verdad tolero bastante bien, no me causa ninguna molestia. Esperé unos minutos con los demás compañeros fuera del aula, yo me quedaba mirando en una esquina a las personas, hablando entre ellas etc... La verdad yo no era muy sociable, y no quería serlo, podréis llamarme antisocial... Pero prefiero estar sola.
Ví al maestro acercándose hacia nosotros, asique me levanté.
El profesor habrió la puerta y entramos, yo me senté sola y empezó aquella clase de matemáticas, como todos los viernes... Lo que no sabía es que en aquella hora me iba a ocurrir algo que no creía que me fuera a pasar nunca, es más... Nunca lo había pensado antes.

Horas⌚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora