Tradiciones

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Tony seguía parloteando y las discusiones entre padres se hacían cada vez más frecuente, de igual manera si se contasen los puntos doña Addison parecía estar a punto de acabar con cada uno de nosotros, y me imagino que conozco la razón, ellos cuatro estaban en un mismo sillón y mi madre y Jack estaban en el medio lo cual para ella era el peor tormento del planeta, los celos... la compadezco.

—¡Mamá, basta! —Dijo Jack. —Vale y yo podemos hacer esto solos o con sus padres o con papá si quieres, pero no puedo imaginarme seis meses de gritos constantes por tu parte. Por favor no más discusiones.

—¿Para qué se van a casar? Tu novia no quiere nada tradicional en su vida más que la boda. Casarse no es la boda, es lo que viene después; es perdonar, amar y sacrificarse ¿Estás lista Valentina? Porque yo no quiero tener que preguntarme por qué mi hijo está perdido de nuevo y que la respuesta sea que has desaparecido...

— ¡Mamá! —Gritó Jack. —No quiero que acabemos como ustedes, no quiero sentirme nervioso o culpable al cruzarme con Valentina, no quiero sentir pena de mí mismo, es a la persona que elegí, le amo, y si no lo puedes soportar a Vale, no serás parte de esto en mi vida.

Todos nos quedamos en silencio, incluso Tony evitó decir algo, yo tomé la mano de Jack y le acaricié suavemente, podía ser egoísta todo lo que pasaba por mi cabeza porque si alguna vez estuve molesta porque no me defendió ante sus padres cuando debió lo estaba haciendo ahora, y eso también valía demasiado, me estaba eligiendo ante la persona más importante de su vida para estar a su lado el resto de sus días.

—Jack, ¿cuándo fue la última vez que tuvimos sexo? —Todos miramos a mi madre bastante desconcertados. —Foster.

—Tenías las tetas paradas. —Mi madre le dio un golpe en la cabeza. —Emilio tiene... 40, Jack 38, Ellis 30... Sí, como hace 39 años...

—Addison yo tenía un hijo y quería demostrar un punto estúpido y casi pierdo todo lo que amo en esta vida, a mi esposo y la felicidad uno de mis hijos, de igual manera Jack y tú eran novios y le pudiste haber dejado porque eras solo su novia y no tenías un hijo, si Alessandro se comportase como tú lo haces ahorita lo entendería pero sabes perfectamente que hay una situación distinta cuando hay hijos y cuando no los hay. Ustedes decidieron perdonarnos como parejas a Jack y a mí, nos aceptaron de vuelta en la relación; ahora nuestros hijos se van a casar y creo que si quieres discutir todo lo que me odias y mi falta de tradicionalismo podemos hablarlo en cualquier momento pero frente a ellos fingiremos ser adultas y espero que puedas perdonarme porque lastimarte a ti no era parte de la ecuación, y tú también Jack, perdón.

—Te perdono. —Respondió Jack y mi mamá posó su mirada sobre él. —Bien, estuve algo de acuerdo.

—¡Jack!

—Addison, puedes ser una adulta... ¿Qué pasa contigo? Si me hubiese querido casar con Verónica lo hubiera hecho, pero da la casualidad que somos totalmente mentirosos el uno con el otro y no podíamos soportarlo y casarnos nos hubiese destruido, ella sería puta y yo un gigoló; Verónica y yo no nos amamos, nos gustan los preliminares de una relación pero no calzamos.

—¿Por qué crees que se pudieron haber casado?

—Nos entendíamos, pudimos tener un matrimonio abierto qué sé yo...

—Por eso es que no funcionamos.

—Sí.

—Sí.

—Jack nunca me dijo que me amaba en serio, solo cuando quería que hiciera algo que le beneficiara.

—Nunca me presentaste a tu madre.

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