Capítulo 2

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-¿Y te voy a ver de nuevo?- me pregunto Carl.

- Tal vez mañana necesite un poco de marihuana... me podrías dar tu  numero para que la busque - le dije mientras encendía el auto. El sol estaba a punto de salir y la fiesta recién acababa, Hailey estaba en el asiento trasero durmiendo completamente borracha. 

- Si claro.- me contesto, busque un papel y un lápiz, aunque lo único que conseguí fue un ticket de walmart y un labial rojo, se lo entregue y espere un minuto hasta que termino de anotar el numero. - Tengo todo lo que necesites. - me sonrió, y si, su sonrisa "seductora" era incluso mejor cuando había luz. 

- Yo te llamo. - le dije sonriendo... juraría que justo en ese momento me había sonrojado. El hizo un movimiento de saludo con su cabeza y yo solo sonreí y comencé a conducir. Por el espejo retrovisor lo vi parado mirando al auto mientras me alejaba. ¿Acaso era el sueño, o tal vez sea la hambre lo que me haga sentir ese "algo raro" en el estomago? Pues espero que sea eso. 

Cuando llegamos a la casa del tío de Hailey, pues ahí íbamos a pasar las ultimas dos semanas mientras su tío estaba de viaje, la deje en el auto con las ventanillas abiertas y yo me fui hasta el sillón de la sala de estar, ni siquiera me moleste en cambiarme, solo me saque el vestido, las sandalias y el short y me tiré al sillón en ropa interior. Al principio estuve dando varias vueltas pensando en la noche, y por la noche me refería a Carl. Pero el sueño no tardo en llegar. 

Demonios, ahora él estaba hasta en mis sueños. 

~

-¿Crees que deba llamarlo?- mire a Hailey por el espejo mientras me acomodaba la camisa del instituto.

- Oye no me preguntes eso, te recuerdo que sales con mi hermano. - me contesto corriéndome con su cadera para posicionarse frente al espejo. 

- Si, tu hermano, quien por cierto me puso los cuernos unas ¿ cuantas veces fueron?- la mire seria- ¿ tres? ¿cuatro veces? 

- Si bueno... es un pendejo, pero no deja de ser mi hermano. 

- El mismo que te delato cuando metiste a Mike Morgan en tu habitación  hace dos meses, ¿no?- le pregunte incrédula.

- ¡Esta bien! Es un hijo de puta, y créeme si quieres engañarlo, ve y hazlo. Ese mierda se lo merece.- dijo mientras cogía su labial de la mesa y se lo ponía. Suspire por décima vez en diez minutos. Me tire en la cama y agarre mi celular que estaba cerca de la almohada, lo desbloquee y busque el contacto de Carl, y si, volví a suspirar. - ¡Ay ya basta!- Hailey grito y me quito el celular de las manos. 

-¿Que haces? - la mire confundida mientras se llevaba el celular a la oreja y me señalo que me callara, espero unos segundos y luego abrió los ojos y me puso el celular en la oreja. 

-¿Hola?- sentí su voz al otro lado de la linea. Solo basto una palabra para que mi corazón comenzara a latir sin parar. - ¿Hay alguien ahí?

Inhale y exhale y por fin hable - ¿Carl? Soy Jess, ¿te acuerdas de mi? 

- ¿Jess? ¿La rubia sexy del vestido de flores que iba con la otra rubia borracha en un porsche negro el viernes pasado?- pregunto él y yo reí nerviosa.

-Si bueno, soy rubia y iba con un vestido de flores, y si mi amiga es la rubia borracha del porsche, pero creo que no soy la sexy. Creo que te confundiste de rubia.- volví a reírme nerviosa y el también se rió, una risa con un tono profundo y sin dudas muy sexy.- Soy la rubia que te quería pedir un poco de maría. 

- ¡Aah! ¡Sí, ahora si me acuerdo de ti!- dijo el riéndose.- No sabía que para ti mañana era dentro de cuatro días.

-Oh si, lo siento pero no podía encontrar mi celular.- mentí. Pues si, habían pasado cuatro días desde que supuesta mente iba a llamarlo, pero la verdad es que no sabía si debía a o no hacerlo. Fue mas o menos una lucha contra lo que debía hacer y lo que quería hacer, siempre es lo mismo. 

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