Capítulo 5: Nuestro tiempo es eterno

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Es increíble lo relativo que puede llegar a ser el tiempo.
Esos quince minutos corriendo bajo un cielo angustiado, al cual no le daba reparo alguno usar todos sus métodos contra nosotros, se hicieron los quince minutos más largos de mi vida.
Trataba de concentrarme en mi objetivo, un hospital que ya podía visualizar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, los jadeos provenientes del chico que sostenía en mis brazos aceleraban mi respiración, dificultando esto todo el proceso.

Un último paso separaba la calle del hospital, un paso que garantizaría el bienestar de la persona que transportaba y quería salvar.

Rápidamente nos encontramos rodeados de médicos; uno de ellos portaba una camilla en la que Shinobu fue depositado.

Entonces noté como una atmósfera cálida envolvía todo mi ser; aquella pequeña mano, cuyos dedos ansiaban encontrarse con los míos, ya rozaba la mía. La agarré firmemente, no dejé un solo hueco entre ellas.
En ese instante algo apartó mi mirada de la mano de Shinobu, era su voz;

-Shinobu: Estoy... B-bien *pude observar como ejecutó esas palabras con gran dificultad para después regalarme una pequeña y dulce sonrisa; una sonrisa que yo sabía ocultaba dolor*

Paralizado ante aquel acto de extremada ternura me limité a acariciar su cabello y devolverle la sonrisa, que, obviamente, no era ni la mitad de linda de lo que fue la suya.

Para cuando comencé a percatarme de que existia un ahora más complejo que la tierna sonrisa de Shinobu y nuestros dedos entrelazándose, una puerta cuyo letrero decía "UCI" separaba su camino del mío.
Yo no podía seguir junto a él, debía aguardar paciente a la espectativa de cualquier noticia acerca de su condición.

Pronto los médicos habían contactado con sus padres, quienes se encontraban ya en la sala de espera bastante distanciados de mi asiento. Podía notar la desesperación en el rostro de su madre; su padre, por otra parte, trataba de mantener la calma mientras abrazaba a su esposa.

Fue la madre de Shinobu quien interrumpió estos pensamientos al acercarse a mi, de manera totalmente inesperada, para proceder a hablarme;

-Madre de Shinobu: Hola... *secó sus lágrimas con un pañuelo de papel ya empapado por las mismas*

-Kohaku: H-Hola, ee... *estaba bastante nervioso por la situación, y aún más si pensaba que era la madre de Shinobu...*

-Madre de Shinobu: ¿Eres Kohaku?

-Kohaku: S-Sí *no podía evitar el tartamudeo ante semejante situación*

-Madre de Shinobu: Shinobu me ha hablado de tí... *arqueó sus labios levemente para darme una sonrisa*
Esto, Kohaku, solo venía a decirte que no te preocupes demasiado, no es la primera vez que le pasa algo así y creemos que no le va a costar salir de esta... Más ahora que está recibiendo tratamiento *su sonrisa era ya un recuerdo, no había ni rastro de ella en su rostro*

-Kohaku: ¿Tra-Tratamiento? *quedé en estado de shock, no sabía si preguntar acerca de esto era lo correcto, sin embargo, no pude evitarlo, y aún teniendo por seguro que las palabras a punto de salir por esa boca me destrozarían pregunté*
Señora... ¿Qué le ocurre a Shinobu? *supongo que mi cara debía ser un desastre, las lágrimas ya inundaban mis ojos y me mostraba expectante ante la posible respuesta*

-Madre de Shinobu: Verás... *tomó una profunda respiración, la cual me hizo temer aún más por la respuesta que iba a darme* A Shinobu le detectaron lucemia linfocítica aguda hace un año y tres meses *se veía a punto de explotar, de romper a llorar*
Hemos estado luchando contra su enfermedad todo este tiempo, él sigue recibiendo radioterapia y hacía un par de meses que su mejoría era notable... No sabemos que ha provocado la recaída de hoy, tan solo nos queda esperar por una explicación médica.
Únicamente me queda pedirte que te mantengas al margen de todo esto o saldrás herido... Shinobu ha tratado de no hacer amigos para, ya sabes, no dañarlos... *la tristeza que mostró su rostro mientras decía estas palabras era enorme, mayor de la que jamás había visto*

-Kohaku: Yo... Lo siento mucho...

Nada en ese momento me parecía real.
Las palabras que acababan de salir de la madre de Shinobu habían quedado en un aire cargado de pesadumbre y desespero, de incredibilidad, de tristeza y de todas las emociones que sientes cuando ves a alguien que te importa enfermo.

No podía explicarme como alguien a quien acababa de conocer podía influir tanto en mí... Quería su bienestar y su felicidad a toda costa.

Entonces entendí todo; porqué Sinobu tenía tanta prisa en aprender a jugar a baloncesto, porqué había dejado los complejos que llevaba consigo toda la vida para cumplir su sueño ahora...
Él trataba de vivir sin arrepentimientos, de cumplir sus sueños en esta vida y no morir sin haber sido feliz.
Seguramente no me hubiese contado acerca de su sueño de jugar al baloncesto de no ser por su enfermedad... Shinobu sabía que era el momento de enfrentarse a sus miedos, ya que, de otra forma, sería demasiado tarde...

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Esperé en aquella gélida sala por más de tres horas, con todo tipo de pensamientos invadiendo mi mente.

Un sonido captó mi atención, el sonido de una puerta abriéndose; un sonido que podía traer consigo alegría o tristeza, desconsuelo o alivio...
Me armé de valor y alcé mi mirada, la cual no tardó en encontrarse con Shinobu, quien venía sentado en una camilla empujada por dos enfermeros.

No necesité más que ver su sonrisa para tener una cosa clara; no me importaba su condición, tampoco el que fuera un chico, tan solo quería quedarme a su lado tanto tiempo como me fuese permitido; mientras, pretendería que nuestros minutos, horas y días eran eternos.

× × ×

Espero que hayáis disfrutado el capítulo.

Realmente siento no subir con mucha frecuencia, pero a decir verdad no siempre estoy inspirada y/o tengo tiempo...

Muchas gracias a los que me seguís desde el primer capítulo y a los nuevos también!

Nos vemos pronto;

Abracito kawaii (/(エ)\) ♡

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