Después de aquel día donde me dejaron intrigada, y al final del caso la que terminó viéndose como una idiota, fui yo. Decidí ya no tomarle la importancia que le estaba dando a ese tema, después de todo no lo merecía, ni tenía un "por qué".
Hoy mi madre me levantó, como de costumbre, exageradamente. Pero hoy no tenía ganas ni de hablar, mucho menos de discutir, todo me daba vueltas, el dolor del cuerpo era insoportable, y la cabeza, la sentía como si tuviera un guayabo ni que su madre, pero no era pasible que fuera por el alcohol, yo no bebo. No sé ni como carajos me miraba para que mi madre me dejara faltar este día al colegio, ella nunca me deja faltar, al menos que sea algo importante. Toda la mañana la pase en el primer piso, al ser hija única puedo darme una cierta paz, mis papás tuvieron que irse a trabajar, Casa para mi sola, eso sonaba genial, aunque con el dolor que me cargo será imposible hacer algo interesante yo sola.
La mayoría del tiempo me la pase viendo Disney, sí, me gustan esos programas, aunque estoy de acuerdo con la multitud, las series de antes eran mejores que las de ahora. *Suena mi teléfono* no me había percatado de que tenía varias llamada perdidas de Luisa, pero esta vez era Sarah.
Sarah, es una gran amiga de la infancia, esa tarada conoce casi todo de mí, creo que es con la que más tiempo he pasado en mi vida, aparte de mis padres, aun que influye que sea mi vecina.
- ¿Hola? *contesto*
- Nicky, te hemos estado llamando varias veces, no contestas, no das señales de vida, ¿qué te pasa?
- No me regañes *le digo con voz de niña*
- No hables como niña, me sacas la piedra cuando hablas así *dice exasperada*
- Ya dime qué quieres y porque te atreves a interrumpir mi serie
- ¿Barnie o Mikie?- ¿Qué tienes contra ellos? ellos son geniales, tú no.
- Cállate, malparida. Te doy 10 minutos para que te arregles y estés afuera de tu casa, ya llegamos.
- ¿Llegamos? espera... ¿Quiénes llega... *Suena el tono de "llamada finalizada"*
Me levanto como puedo del sofá, esa zorra siempre me hace lo mismo, todo lo improvisa, varias veces ya me han regañado por ella y sus escapas planeadas en menos de 15 minutos, esto no es nuevo, pero cada salida tiene algo nuevo y siempre te deja algo que recordar.
Con el calor que hace afuera, ni quien quiera salir de casa. Opto por ponerme un short, las vans y una blusa holgada,y cojo mi mochila, no me gusta usar bolsos, digamos que "no es mi estilo". En menos de 5 minutos, ya estaba lista, nunca me tardo al tener que "arreglarme", quizá soy muy practica, aparte no me maquillo, si bien me pongo algo es el rimel y un poco de color en los labios, no más.
*Suena el timbre* bajo despacio las escaleras, aun no deja de dolerme el cuerpo, ya sé quie está detrás de la puerta, así que no me preocupo. *abro la puerta*
-Oye deja de jalarme como si fuera una cuerda, ¿no ves que me duele todo? *Le digo casi gritando*
-No puedes culparme, llegaremos tarde y además no sabía que estabas enferma
-Ni sibii quiistibis infirmi
-Ya madura-Que te den
-Ya sube al auto, niñita
-Hola *saludo con entusiasmo seguido de un suspiro, me subo al asiento del copiloto, sin darme cuenta quienes estaban detrás*
-Vaya, vaya, que sorpresa *dice una voz masculina en la parte de atrás del carro, seguido una risita de una chica* Al darme cuenta de quien se trataba, me quedé en modo estúpido. No podía creer que estaba en el mismo auto con el tipo que me dejó como una idiota esperando na respuesta a su tonto mensaje la otra noche.
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Amor en pausa.
Teen FictionNicolle, 14 años. Jayden, 19 años. La forma de pensar de ellos era muy diferente a la de sus padres. "Para el amor no hay edad" es lo que dicen ellos, lastimosamente, su familia, no pensaba lo mismo. Parece que el mundo también está en desacuerdo co...