2.-Mi "Bae" (Annie)

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- Do you gotta bae or nah? - cantaba en un susurro mientras pegaba mis recortes de Nash Grier en la pared de mi cuarto, era la única pared que no estaba llena de él. Si, Nash Grier es y será el amor de mi vida.


Tengo un hermano mayor en Seattle, qué por mi cumpleaños numero 16 me consiguió un boleto para ver la última reunión de Old Magcon, literalmente lloré todo el día, fue algo genial... Había regresado de mi colegio y mi madre me pidió que por Skype hiciera una videollamada con él, ya que su novia había tenido un accidente. Al principio mi hermano se veía preocupado, y jamás olvidaré las palabras que dijo: 

"Annie,  ¿recuerdas que me dijiste que amabas a Magcon más de lo que amabas a cualquiera? Porque yo sí, al igual que recuerdo como lloraste cuando se comenzaron a separar, bueno, supe de buena fuente que tendrán una última reunión y... "

En ese momento, sacó unos boletos donde se leía "Magcon" y lo último que recuerdo claramente es su gran sonrisa.


Así que ahí estaba, terminando de tapizar mi cuarto y después prepararía mi maleta para irme una semana a Seattle. Llevaba lo necesario para ir aquellos siete días; ropa, ropa interior, tres pares de zapatos, cosméticos, étc. Estaba muy emocionada.


-¡Annie! ¡Tu vuelo sale en dos horas!- gritó mi madre desde el primer piso y me apresuré a bajar con mi maleta y mi pequeña mochila, no sin antes tomar una de mis imágenes de Nash.


-Oh...- Mi madre cubrió su boca con las manos- Ahí estas... Ya no eres mi pequeña niña, viajaras sola a otro país. -me tomó entre sus brazos fuertemente.


-Si... Bueno madre, es sólo una semana. -sonreí al separarnos y miré hacia el espejo que había colgado casi frente a mi en la pared, mi castaño cabello estaba un poco despeinado.

 -sonreí al separarnos y miré hacia el espejo que había colgado casi frente a mi en la pared, mi castaño cabello estaba un poco despeinado

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Mi madre tomó mi maleta para subirla a la gran camioneta blanca de papá y ambas subimos, ella en el asiento de piloto y yo a su lado.


Prendí el radio para que el momento no fuera incomodo, no tenía muchas ganas de hablar.


"Ahora tenemos a Shawn Mendes en su dueto con Camila Cabello"

Fue perfecto.


-He knows...- Comencé susurrando con ritmo, cuando el coro se acercaba subía un poco mi volumen y...- ¡I KNOW WHAT YOU DID LAST SUMMER! -grité el coro, haciendo que mi madre se exaltará un poco.


El camino fue divertido, en la radio no dejaban de poner canciones pop; desde Justin Bieber hasta Adele.


Estaba a punto de pasar a la sala de espera, dónde, por cierto, mi madre no podría pasar.


-Sabes... Sabes que tú padre hoy tuvo un evento muy importante y por eso no pudo venir pero te amamos hija, y mucho.- acarició mi cabello y besó mi frente- Andas con cuidado, y no gastes todo tu dinero. - mamá sonrió nostálgica, quizá deseaba que yo no creciera y entrara a esa sala.


El viaje fue bueno, iba cómoda en un asiento con ventana, había pedido un beagle, m&m's y un té helado, la vista era hermosa.


-Je m apelle Annie Johnson- mi examen de francés sería cuando regrese de Seattle, así que debía practicar la escritura y la pronunciación. Estudiaba con una libreta hasta que una suave voz interrumpió mis "estudios".


-Disculpa, ¿podría sentarme aquí? -sonrió una linda chica morena, delgada y adorable- Mis compañeros de viaje sudan y babean mucho. -rió levemente.


-Claro, puedes sentarte.- sonreí ampliamente y ella tomó el asiento a mi lado.- Me llamo Annie, Annie Johnson. -estiré mi mano y ella rió levemente tomando de ésta.


-Cassie, Cassie Smith.- imitó mis palabras sonriendo.


Luego de hablar con ella todo el viaje, me contó que ella igual iba a Seattle para conocer a alguien; Chandler Riggs, el actor de The Walking Dead. Fue lindo conocerla, sabes que no era la única que podía cumplir sus sueños, además de que era una chica muy adorable.


Nos despedimos como si fuéramos amigas de toda la vida.


Estaba saliendo del aeropuerto, me sentí muy pequeña en aquella gran ciudad.

Nash, amor, al fin estaremos juntos, por siempre...


Tomé mi gran maleta rosa arrastrándola sobre sus ruedas y me acerqué a la base de taxis, por primera vez veía aquellos taxis amarillos de las películas. El conductor subió mi maleta a su cajuela y yo subí en la parte trasera de el taxi, con un poco de miedo y mucha emoción.


-¿A dónde la llevo señorita?- dijo el conductor mirándome a través del espejo y yo, acomodando un mechón de cabello tras mi oreja, sonreí.


Hola Seattle.

The Stars. (Robinson, Riggs & Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora