©Eterno Amor -Sasori y tú |Lemon|

Capítulo 2 - Secuestro y conociendo a Akatsuki.

Narra ___

- Es una ninja de Konoha, ¿Qué vamos a hacer con ella Sasori? -dijo el rubio-

- No sé si llevarla o matarla aquí mismo... ¿Tu qué piensas Deidara?

- Tal vez podríamos llevarla, el líder lo aprobaría.

- ¡No dejare que me lleven con ustedes! –esta vez hablé yo. Empezó a aparecer mi polvo y mis ojos se volvieron morados-

Deidara me levanto la cara y pude ver sus muy brillantes ojos azules, que con la luz del sol me encandilaban.

- Creo que sería muy útil que nos la llevemos, es portadora del Misengan, ese poderes extraordinario y se ve en muy pocas personas. –aportó mirándome como que si fuera un trofeo-

- Misengan, eh. Creí que ese poder era un mito. Aunque tienes razón, ella nos podría ayudar a buscar los bijus que faltan. -agregó el pelirrojo-

- ¡No me llevaran a ningún lado! – grité algo molesta- ¡y tampoco los ayudare a buscar sus bijus!

- Que agresiva. -río el de pelo amarillo-

- Si no vas por las buenas –amenazó el pelirrojo tomándome del brazo- entonces será por las malas.

Sentí como mi cuerpo se paralizo, no podía moverme, sentí que un chakra que no era el mío estaba en mi cuerpo. Vi las manos de Sasori y pude observar como salían hilos de chakra dirigiéndose hacia mí.

Maldición, me está controlando

- ¡Suéltame ahora!

- Veo que ya observaste mi hilos de chakra. Ahora vendrás con nosotros. –se dio la vuelta y el comenzó a caminar junto con Deidara-

Sentía que mi cuerpo estaba caminando a su paso, pero yo no conseguía controlarlo. Si no me soltaban tendría que usar otro método.

- Por favor no me hagan daño, si me dejan ir no les diré a nadie que los vi, se los juro –mi voz sonó llorona-

- Como que si eso fuera a pasar, hm. –respondió Deidara sin siquiera mirarme-

- Es enserio, tengo personas que se preocuparan por mí, así que será malo por ustedes porque irán a buscarlos y entonc...

- No me interesa que tengas personas que se preocupen por ti –dijo un Sasori irritado interrumpiéndome- ahora será mejor que te calles si no quieres morir.

Baje mi cabeza y asentí algo triste.

LUEGO DE UNA HORA

Llegamos a una especie de casa, o mejor dicho a una mansión, era de color marrón y se veía como una cabaña antigua pero era muy moderada.

- Al fin llegamos, estoy muy cansado. -suspiró el joven rubio-

Entramos a la cabaña y se oían voces de todas las partes de la casa, sentía distintos tipos de chakras unos más fuertes que otros, llegamos a una sala y pude ver a cuatro personas con la misma capa de Sasori y Deidara, dos en un sillón grande, uno en otro sillón más pequeño y el otro de ellos estaba parado.

- ¿Quién es esta hermosura? –dijo un tipo con cara de pervertido, estatura medio alta, de unos venti algo, de cabello plateado peinado hacia atrás, ojos purpura, con la capa medio abierta dejando ver su pecho musculoso, que estaba sentado en el sillón pequeño-

- Es una mocosa que encontramos en el bosque, es portadora del Misengan, así que se quedara con nosotros. -pero que molesto es el marionetista-

¿Me llamo mocosa? ¿Pero quién se cree?

- ¿Portadora del Misengan? Creí que no existía. –esta vez fue un hombre alto, que tenía un peinado extraño hacia arriba, parecía un tiburón, tenía una espada en su espalda envuelta con cintas y estaba sentado en el sillón más grande-