Mi flotador.

11 0 0
                                    


Llevo  muchos años de conocerla, hace tantos meses que deje de sentir cariño por ella,que verla es solo la forma de llenar espacios ocasionalmente, cuando soportarla no resulta tan desagradable. 

-Tragas mucha mierda- Paola se gira para verme al escuchar mis palabras fingiéndose ofendida le sostengo la mirada unos segundos y continuo diciendo -Crees todas esas estupideces que tu familia te dice, como si tuviesen la razón, tragas mucha mierda y lo peor es que verdaderamente te alimentas con ella- Se levanta de la mesa para ir al baño. El resto del día va a estar sensible, sin apenas dirigirme la palabra, porque no quiere estar conmigo, porque esta molesta pero no tiene el valor de tomar sus cosas y largarse. Sabe que ahora, sí se va, me va a dar exactamente igual que como si estuviera.

 Cuando conocí a Paola, pensé que quizás había encontrado por fin a alguien que podría entender como se sentía, tener una madre a la que nunca se le había dado la gana precisamente eso, ser madre. Tenia una igual a la mía o incluso peor, pero Paola ya había olvidado su propósito "Ser completamente diferente a su mamá" y en el transcurso, se había convertido en una miniatura de ella. Con toda la depresión que la envolvía, el conformismo y el creer que mereces que toda la gente te tienda la mano para salir del hoyo, solo para que segundos más tarde vuelvas a estar dentro y así, sucesivamente. 

Me desagrada, el intento de competir vanamente contra mi. El intentar hacer las cosas como yo las hago, en todos los aspectos y quedarte torpemente a la mitad, por muchas pero muchas razones. Siento que no hay mayor mediocridad que la necesidad de intentar parecerte a alguien, solo porque sabes que tus capacidades no alcanzan para hacer ni la mitad. 

Pero ve, corre y dile a tú Paola que pare, sin que intente ofenderte torpemente en un ataque de superioridad fingida que te cause más lastima que gracia. 

-Y tú hablas mucha mierda- Vuelve a sentarse a mi lado.

-¿Y también te la tragas?- Me rió sarcástica mientras lleno mi taza de agua caliente para prepararme un café.

- Susana, me mando mensaje David, quiere que salgamos todos en la noche- Lo que ese quiere es cogerte, no lo has dejado la ultima vez. 

-¿A dónde?- Déjame adivinar, al antro al que siempre se quieren ir a emborrachar y después al hotel para meternos al jacuzzi. 

-No me dijo ¿Vamos a ir?-.

-Ve tú sí quieres, yo no tengo muchas ganas-.

-Sabes que si ti  yo no salgo sola con ellos- Paola, mi inocente Paola, te vayan a violar.

-Dile que te marque en la noche, para que nos pongamos de acuerdo- Prendo un cigarro y me quedo perdida observando por la ventana de la sala. 

Sin duda alguna Paola, mi flotador seras tú, hasta que me canse de estarte jalando contra la corriente, en mi dirección. 

_____________________________________________________________

La primera vez que fuimos al hotel yo iba sola con ellos, habíamos salido como otras tantas veces, al comienzo de la noche eramos un grupo grande, quien diría que después de todo la amistad logro mantenerse desde que íbamos en la preparatoria. 

 Habíamos ido al antro que era la novedad de la ciudad, tenia quince días que había sido la inauguración y como todas las cosas que tienen poco tiempo estaba hasta la madre. No era elegante, ni si quiera tenia la mejor decoración, ni la mejor música, ni nada por lo cual pudieras desear estar ahí como si fuese la única opción, salvo que era nuevo. No acostumbro beber mucho, mucho menos si un cóctel de marihuana me espera saliendo. 

Después de deshacernos de nuestro amigo mala copa, del que se tiene que ir temprano y de las dos mujeres más mamonas que he tenido la desgracia de conocer, quedamos cinco. David, Alejandro, Luis, Israel y yo. Queríamos ir por putas. En realidad, como mujer, ir al prostíbulo con tus amigos es una de las cosas más divertidas que puedes hacer cuando eres joven, observas la cara de pendejo que ponen los hombres cuando van llegando, como las observan y deliran dentro de su cabeza con todas las cosas que les harían sí tuvieran una como esa en su cama, para que luego, cuando ya están borrachos y apenas y pueden mantenerse en pie, aún teniendo a las mujeres pendientes de ellos meneandoles las tetas en las narices, ellos estarían demasiado ocupados abrazando a su amigo mientras le dicen lo mucho que le aman y lo que significan entre si como para darse cuenta. 

Estaban todos cerrados. Esto de las putas leyes rompe los huevos. 

-¿Que hacemos ahora pendejos?- Israel comienza a ponerse de mal humor, pobrecito quería ver tetas, las de su novia no son suficientes. Israel es uno de mis amigos más antiguos del grupo y al que más aprecio le tengo, pero a su novia,  bueno, su novia y yo no nos podemos ver ni en pintura. 

-Vamos al hotel- Alejandro es el que suele tener este tipo de ideas, todo el tiempo, para todos los casos. 

-Yo quería putas- Luis se queja amargamente mientras le da un sorbo a su vaso con tequila, que pena por los que aun son virgen a los 20.

Sinceramente cuando la idea flotaba en el aire, lo único en lo que pensaba era en fumar marihuana con ellos como otras tantas veces, inclusive conseguir antes un poco de coca,  meternos al jacuzzi y soportar una que otra insinuación como siempre, no que yo terminaría volviéndome participe del juego. 

-¿Quieres ir al hotel?- Me pregunta casi todos al unisono. 

-Si, vamos si quieren- Total ¿Por qué no?



ÍgneosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora