Domingo 25

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Eran simples destellos de luz en un cuarto oscuro. Miraba hacía la ventana, era un edificio y estaba como en un séptimo piso y solo me importaba ver los destellos del cielo.

No salía del estado de asombro, hasta que escuché una voz. Era de mujer y venía del cuarto de baño. No alcancé a llegar que un gran charco de sangre comenzó fluír desde debajo de la puerta. Me apresuro a abrir, y allí estaba, cubierta de sangre y con la garganta abierta en el suelo del baño. Un vidrio de espejo roto como causante de la herida y sus dos ojos muertos mirando el vacío, como si me estuviera viendo hasta el alma.

Corrí de ahí pero alcancé a ver el número 33 B de la puerta carmesí del apartamento.

Pesadilla 65

Domingo 25 de Junio de 1986

Ni las pesadillas se toman el fin de semana. Ahora esta pesadilla rayó el borde de lo real, se veía demasiado vívido, y tenía todo lo que se puede pedir de aterrador. Me dejó pensando todo el día por lo que me costó mucho concentrarme en mi investigación.

Si algo me enseñó la clase del Dr. Hazard fue en parte como plantear una hipótesis y llevar a cabo una investigación y muchas otras cosas que jamás pensé que iba a utilizar en mi vida cotidiana.

Así que fui por uno de sus libros con la idea de despejar mi mente, no pude por más que quise, así que decidí invitarlo a tomar el té. Mi llamado no le sorprendió sino que me preguntó que tal me había ido con mi investigación. Investigación de la cual no tenía la más remota idea de a que se refería.
Si quedaba alguna duda cuando lo hice pasar se me despejaron, en los años que no lo había visto se había dejado crecer la barba y su estilo de prócer había tomado un camino radical.

Le planteé mi duda y mi situación, y me dijo que podría haber sido un hecho traumatico, que me hubiera dejado en shock y me haya hecho perder la memoria inmediata. Pero eran muchos días, así que no quería confirmar nada. Me preguntó si sufría de pesadillas o de algún recuerdo fugaz, esas reacciones serían clave de mi ausencia de memoria, y llevarían a que descubriera que pasó en esos días. Pero obviamente dije que no y evadí, pero el Doctor insistió diciendo que algún episodio traumatico debo haber sufrido para que mi cerebro encapsulara esos recuerdos, y recomendó que visitara un psiquiatra. Claro está que lo tuve que echar amablemente, pues no creo estar loco. Menos traumado.

Domingo 25 de Junio de 1986


Saco De PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora