Cómo Conquistar a Un Chico

Capitulo I: Elegir a la presa

Llegó el fin de la clase y sonó la chicharra. Los salones se vaciaron rápidamente. Tenia que ir a la parte exterior para tomar un descanso, bien merecido por cierto. No llevaba mucho tiempo en esa Universidad, mi familia se acababa de mudar hace unas semanas y yo no había tenido problemas ahí, hasta ahora.

Terminó el descanso y fui a mi casillero para guardar algunos libros, al abrir la puerta de este con algo de brusquedad se calleron algunos de éstos.

- Cuidado - me dijo una voz masculina, mientras que me ayudaba a recogerlos.

Alcé la vista y me encontré con unos ojos cafés que me miraban con intensidad.

- Gracias - dije ante tal gesto.

- ¿Eres nueva cierto? - se recargó en el casillero.

- Cierto - Sonreí, este chico no era feo, al contrario, era el chico mas guapo que mis ojos hayan visto.

- Soy Gustav Peterson - me extendió la mano. En ese momento mi sonrisa se borró, ya había oído del famoso Gustav hace unos días. Había agarrado fama por haberse acostado con tantas chicas que hasta el había perdido la cuenta. Las ilusionaba y una vez que las tenia en su poder las llevaba a la cama para después dejarlas, o al menos eso había escuchado. Era deportista y masculino. Ya me lo imaginaba, un hombre guapo, caballeroso al principio y luego se transformaba en el peor patán.

- Ah si, Gustav. - dije con seriedad - Soy Jessica Brown - rechacé su mano.

- ¿ Ya me conocías? - cruzó los brazos

- He oído sobre ti. Y dime ¿Qué se siente?

- ¿Qué se siente qué? -

- Ser el peor patán de la historia - guardé mis libros en mi casillero y lo cerré.

- Creo que has oído mal sobre mi Jessica - rió ante mi comentario. - Las chicas vienen a mi, yo solo las dejo hacer su parte y yo hago la mía. Siempre caen. -

Reí ante su cinismo. ¿cómo podía ser tan egocéntrico?

- No todas somos iguales - lo miré retadoramente. - Tengo que irme - lo esquivé y seguí con mi camino.

- ¡Un gusto conocerte Jess! - gritó divertido miéntras me alejaba.

- ¡El gusto es todo tuyo! - seguí caminando

* * *

Al ir camino a mi casa me dio alcance Liliana, una chica que había conocido en mi primer día, que a pesar de llevar poco de ingresar se había vuelto una buena amiga, o al menos eso me ha demostrado hasta ahora.

- Jess, mañana habrá una pijamada en la casa de Paola ¿quieres venir? -

- No lo sé - dudé un poco - A Paola no parezco caerle bien -

- Ay vamos. Así nos conocemos mejor, eres buena onda y Paola no es tan mala -

Lo pensé un poco, si era cierto que podía conocerlas, pero Paola no me dio buena espina desde que la vi.

- Está bien iré - dije poco convencida, pero lo suficiente como para que Liliana me abrazara fuertemente.

* * *

- Hay que jugar verdad o reto - dijo Renata. Una de las amigas de Paola.

Todas accedimos y conseguimos una botella, nos pusimos en un circulo y comenzamos el juego.
La botella se detuvo apuntando a Liliana y a Brenda, otras de las amigas de Paola.

- ¿Qué eliges Liliana? ¿Verdad o reto? -

- Verdad - afirmó.

Después de que Brenda lo pensara unos segundos dijo - ¿Cómo fue tu primera vez? Detalles eh -

- Pues... Fue increíble la verdad... Logró llegar a mi punto "G". Aunque no fue como siempre quise que fuera, si me gustó y mucho -

- ¿Y cómo era? - habló Paola - No el chico, sabes a lo que me refiero - sonrió pervertidamente

- No les diré eso, qué tal si después lo quieren probar por ustedes mismas y terminan dejandome sin pretendiente - bromeó

Todas reímos y seguimos con el juego. Esta vez la botella señaló a Paola y... ¿a mi?

- Mira nada más... ¿qué eliges? - me miró retadora.

- Retame. - La miré decidida. Siempre me han gustado los retos. Me gusta probarme a mi misma en todo momento. Además, el ambiente se estaba poniendo tenso y pervertido y eso significaba que no sería cualquier reto.

- Eres atrevida. Es difícil decidir -

- Sueltalo - me acerqué mas a ella

Lo pensó y de pronto una sonrisa se dibujó en su rostro. Esto no es bueno.

- ¿Qué tan buena eres enamorando a los chicos? -

- ¿a qué te refieres? - dije algo confundida

- Tienes que enamorar a un chico, no es nada difícil. -

- y ¿a qué chico sería? - creo que empezaba a sospechar a qué chico se refería.

- Hablo de Gustav Peterson. - todas quedaron expectantes, como si fuera la cosa más imposible de hacer en el mundo. ¿de verdad nunca se había enamorado?

- ¿Quieres que yo enamore a Gustav? Por lo que yo sé es el chico menos conquistable que existe. Lo único que sabe hacer es acostarse con las mujeres -

- Oh vamos. Gustav parece no conocer lo que es el amor - dijo con burla - ¿y quien mejor que tú para enamorarlo? Ayer diste un gran paso, él no entabla una conversación con cualquiera. Eso significa que te quiere llevar mas allá de los besos -

- ¿cómo sabes que ayer hablé con él? -

- Conversaban en el pasillo principal. - dijo con obviedad - No creo ser la única que lo haya notado. Entonces... ¿trato hecho? - estiró su mano

Miré su mano unos segundos. Sería difícil, no tenia nada que perder, ni nada que ganar tampoco, pero ¿por qué no divertirme un rato?

- Hecho - tomé su mano para sellar el trato.