Capitulo II: Llamar su atención.

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Hoy iniciaría mi "misión imposible" no sé nada de como enamorar a un chico, y menos a uno que se nota que le hace falta oxígeno en el cerebro. Pero no podía verme como una débil frente a Paola y sus amigas.

Ahí estaba él, justo como me lo imaginé: coqueteando con una chica ¿es enserio? ¿Apenas era la hora de entrada y ya estaba así?, este chico es increíble.

No tenía ni idea de como iba a hacerlo, pero mi mente empezaba a formular un plan y debía seguirlo si quería que todo resultara bien. Me acerqué lentamente antes de que terminara de conversar con esa chica. Dejé caer un libro cuando me encontré cerca a él, traté de que se viera lo más accidental posible para que dirigiera su vista a mi, así me agaché a recogerlo y me levanté sacando mi lado sensual, no fue tan difícil ya que llevaba una falda y tengo bonito cuerpo.

Su vista se dirigió a mi y cuando seguí caminando el dejó a la chica y me dio alcance.

- ¡oye! -

- ah hola - dije cortante - ¿qué pasa?

- estaba pensando en si, tal vez, te gustaría salir -

- ¿contigo? - dije sorprendida. Creo que conseguí mas de lo que imaginé, pero era obvio que yo no era la primera que invitaba a salir. Creo que hacerme la difícil no funcionaria en este caso, no podía perder esa apuesta. Me miraba con ojos tiernos, dicen que es el chico mas patán pero, hay algo detrás de su mirada, esos ojos esconden algo y tengo que descubrir qué es. - Claro, me encantaría. -

- Genial, paso por ti a las ocho. Mandame por mensaje tu dirección. - me extendió un papel con su teléfono.

Después de que se fue Liliana llegó con una expresión de emoción seguida de Paola.

- ¿qué pasó? ¡dime! -

- Nada, solo me invitó a salir. - levante los hombros.

- Eso no es nada. - dijo Paola cruzada de brazos. - Es parte de su "rutina". Te invita a salir, un par de besos, unas cuantas palabras tiernas y luego lo que sigue -

- Pero ya es un paso. Todo puede pasar. - habló Liliana.

* * *

- ¿ya sabes qué te pondrás? - dijo Liliana.

- Pues ropa ¿no? - dije con obviedad.

- Muy graciosa. No puedes ir vestida como sea. -

- ¿Qué tiene? No voy a salir con Obama como para verme radiante - hice un movimiento con las manos.

- Pero si quieres ganar esa apuesta deberás llamar su atención del todo, lo atraerás mas si vas vestida sensual y provocativa - se acercó a la puerta de mi closet y empezó a sacar ropa.

- Aguarda, no iré vestida así. -

- ¿por qué no? Vamos, lo primero es mostrarle que puedes ser reservada y a la vez sensual. Hazme caso, confía en mi -

Le hice caso y me puse la ropa que me dijo, era algo atrevida para mi gusto pero no estaba mal. Mi mamá me hizo miles de comentarios y sermones pero finalmente aceptó mi atuendo.

Gustav pasó por mi unas horas mas tarde. Me llevó a comer algo y luego detuvo su auto en medio de la nada.

- Te ves bien - su mirada recorrió mi atuendo.

- ¿Es un cumplido? -

- Tomalo como quieras.- Pasó su brazo por mi espalda. Empezaba a sentirme incómoda en este ambiente. Empezó a acercarse a mi lentamente, pasando su mirada de mis ojos a mis labios, quería besarme, pero no lo dejé

¿cómo se sentiría besarlo? ¿besará bien? Obvio Jessica, es un hombre con experiencia.

Sentía algo raro, algo que no podría explicar.

Pasó a encender el auto. No me gustaba esto, ¿el en verdad pensaba que caería tan bajo como para acostarme con él? ¿a dónde me llevaba?

- ¿a dónde vamos? - dije casi adivinando sus palabras

- ya verás - sonrió de lado.

Después de un rato llegamos a un edificio, se veía grande y con numerosas habitaciones. No se necesitaba de mucho para adivinar lo que pretendía.

- Bienvenida a mi departamento - dijo abriendo la puerta.

- ¿vives solo? - miré a mi alrededor

- Después de que entré a la universidad decidí valerme por mi mismo - alzó los hombros

- Me gusta - me senté en el sofá - ¿aquí tienes tus aventuras?

Rió - te dejaré sacar tus propias conclusiones - se sentó a mi lado y se acercó a mi boca con la intensión de besarme.

Empezaba a encimarse en mi cuerpo dejandome acostada en el sofá. Pretendía besarme y comenza a acariciarme, pero reaccioné y lo empuje.

- Tengo que irme - dije levantándome y caminando hacia la puerta.

- Espera ¿qué pasó? - me tomó del brazo y me jaló hacia él. - Pensé que querrías -

- No voy a tener sexo contigo, y mucho menos cuando apenas te conozco -

- Así nos conocemos mejor - sonrió de lado

- Eres un idiota. Te dije que no todas somos iguales. - abrí la puerta y salí de ahí. Si no fuera por ese estúpido reto lo habría golpeado en este momento.

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