1.- Parte: La Casa

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Helena:

Esa noche quedo hasta tarde lidiando con los monstruos en su cabeza. Infeliz joven de tez palida, miraba al vacio de su habitacion con esos ojos adornados por las ojeras de tonalidad violeta.
Mientras leia algun relato, el cual los jovenes ahora, ni siquiera se enteraron que existio ; a su vez, se sentia mas identificada con esa mente perturbada, que como ella, escribia desde lo mas profundo de sus temores y apretaba las mandibulas al voltear hacia el espejo, para al final encontrarse con ese monstruo turbio y asqueroso reflejado en el cristal reluciente.

Todo esto sucedia, mentras la pequeña Helena esperaba alguno de sus propios monstruos entrar por la puerta del cuarto interrumpiendo su soledad en un gemido horroroso, a aquel turbado espectro sin piel ni ojos gritando su nombre desde los pasillos de esa antigua casa mientras se paseaba flotando en su nube de sangre.
O tal vez pensando que la misma muerte estuviese esperandola desde el viejo arbol del patio trasero...
Entonces, una nueva sombra aparecio en su mente creyendo escuchar las pisadas de un asesino en la azotea, esperando que bajara hasta la ventana dando tres golpes suaves al vidrio si poder huir de nuevo, sin siquiera ser escuchada. Pero:
¿Que era aquella maldita sombra? Un monstruo? Un asesino? El espiritu que veia en sueños? Tenia que averiguarlo, queria averiguarlo, necesitaba callar el maldito chillido con el que varias veces interrumpio sueños similares, pero esto no era un sueño, debia saber donde se perdieron la piel y los ojos de ese ser que abria la puerta de su cuarto...
Helena, tan desesperada, tumbada en un rincon mas de ese enorme cuarto, lejos de la puerta que lentamente se abria mientras se asomaban una cuenca vacia, la moribunda respiracion y una mano carnosa dando paso al grito de profundo dolor. Afuera se escuchaban las cadenas que la muerte venia arrastrando por encima de su cabeza y, de nuevo, los golpes sordos de esa mente retorcida, retumbaron en la habitacion como si de un fantasma se tratase (Helena-decia- soy el fantasma que atormenta tu "descanso"- Helena- decia)
Risas. De nuevo, ella fue transportada al medio de la multitud que reia sin parar cuando cubria su rostro con las manos.
Entonces todo se junto (carcajada, golpe, grito, cadena, pisada, carcajada, golpe, grito, cadena, pisada...)
-¡Esta bien, esta bien!- dijo explotando en llanto- ¡Me rindo!, pero les imploro, que dejen de disimular que todo esta bien

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