Sin Titulo

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Anoche su carta de suicidio invadio de tristeza mi ser.
Mientras afuera los fierros se arrastraban merodeando la ventana. Y un demonio invisible se paseaba por las paredes de mi cuarto.
El era un viejo amigo que en un sabado solitario decidio extender sus alas bajo un arbol.
Entonces me recoste sobre el frio lecho, sin poder contener un par de lagrimas, que en poco tiempo desataron un llanto de profundo dolor. Con la ultima voluntad de un suicida reposando en mis manos.
-Llevame contigo.- le dije al vacio. Me quede dormida... Un fabuloso himno sono y yo le permiti perturbar mi silencio. Pero, ese coro espectral de una sola voz, me impidio volver a abrir los ojos.
-Llevame contigo.- le dije a la voz. Senti entonces que el Sol se derramo sobre mi rostro y, que cuando el cantaba, la brisa entre los arboles se hacia presente para que yo sintiera las calidas lagrimas del cielo.
No me preocupe ante la idea de que esto fuese un sueño.
Pero pareciere, que con un suspiro que daba me alejara cada vez mas del mundo real y me acercase a ese bello jardin eterno. Entonces senti cuando mi alma y la vida, desaparecieron, dejando mi cuerpo solo entre lagrimas.

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