Relatos

Iris

Volviendo sobre sus pasos volvio a preguntar:
-¿Que hace alguien tan hermoso en una noche como esta?.-
Nadie le justifico nada. El angel decidio solo seguirla y con los ojos de un enamorado la miraba. Hasta que rompio el silencio:
-Tu eres los colores tristes que se volvieron bellos, pero no podre quedarme contigo, mae pulchra daemoniun.-
Demonio. Legion (no me invoques). ¿Cuantos angeles le habian dicho lo mismo? No importaba ya. Solo seguia caminando por esas frias e infinitas callejuelas que parecian exalar un humo putrido y muerto.
Y cada paso que daban era un intento para callar los latidos de su corazon. Oh, como deseaba que esa bella aparicion de cabellos cenizos y ojos dulces dejara de seguirla.
Oviamente, todo terminaria mal de nuevo.
-Por siempre.- dijo- tendre la duda de lo que se siente tocar las manos de un angel .-
Siguieron vagando por largos dias en ese mundo que permanecia dormido, seguian por esa ciudad donde nadie se preocupo jamas por revivir al Sol. Serian por siempre los unicos.
¿Pero que habia hecho el angel? Solo quedo preso al corazon del demonio. Nunca podrian ser llamados como ellos.
Entonces, el angel se volvio un enigma para ella, otro bello y raro misterio que sin remedio, opto por permanecer encadenado a sus pensamientos.
De pronto, sus meditaciones se vieron interrumpidas por un dolor de antaño. Entonces, todo estaba ardiendo otra vez:
El angel se habia ido, y de nuevo, tenia un puñal clavado en su espalda, pero esta vez le habian dejado una nota:
"ABANDONO. MUERTE. Ese fue tu nombre. Adios.-
No importaba ya. Siguio andando (de verdad, no importa).
Tal vez no quedaba mas que concentrarse en el dolor ajeno pero, ¿como iba a poder entre el silencio muerto de las estrellas?. Solo estaba ella, ni siquiera se encontraban sus propias lagrimas...
De nuevo, sintio sangre nueva derramarse por sus ojos.
Y no pudo volver a liberarse del sonido de su goteo. Tan infinita, tan inmutable, la sangre sigue callendo.