- 2 -

204 21 4
                                    


Al día siguiente, Jiho se encontraba en la misma mesa de siempre, esperando ser atendido como siempre, pero no era la misma hora de todos los días, esta vez había llegado una hora más temprano, cosa que a Jaehyo ni le sorprendió, como Jiho creyó, y se acercó a su mesa para tomar su orden.

—¿Lo de siempre? —Jaehyo ya estaba anotando en su pequeña libreta: un jugo de naranja y un...

—No —dijo Jiho sorprendiendo al otro esta vez—. Es decir... —el tono de su voz, que al principio sonó decidido, flaqueó por un momento—, sí voy a querer lo mismo de siempre, solo que, además, quisiera... preguntarte algo.

Esta vez, sí que llamó la atención de Jaehyo.

—¿Ah, sí?, ¿y qué es eso?

—Pues... me preguntaba si te gustaría, ehm, si te gustaría ir al cine... conmigo... —dijo finalmente, creyó por un momento que no lo lograría, pero ahora el esperar por una respuesta de Jaehyo era todavía peor, pues realmente no sabía qué le respondería y sus nervios no cabían en su cuerpo.

—¿Al cine? —Jiho asintió sin atreverse a verlo directamente a la cara, cosa que Jaehyo hacía con él, tratando de entender la repentina invitación del otro— ¿Contigo? —Jiho volvió a asentir y sentía que pronto colapsaría ahí mismo y frente a la persona a la que menos le gustaría que estuviese presente mientras él colapsaba—. ¿Y por qué conmigo? ¿Qué no siempre estás con el chico que almuerza contigo todos los días? O con Jihoon, es tu amigo también, ¿verdad?

Demasiadas preguntas para el pobre chico que tenía enfrente, se aclaró la garganta y enfrentó la situación como Kyung esperaría que lo hiciera, aunque nada mal le hubiese hecho una pequeña ayuda moral el tenerlo en ese momento junto a él, compartiendo la mesa. Se regañó a sí mismo por haberse sentido tan valiente y haber ido al restaurante antes de la hora en la que siempre se encontraba con Kyung.

—Sí, pero es que Kyung trabaja y el cine lo abren hasta la tarde, cuando él no puede y bueno, Jihoon... él siempre está ocupado aquí, así que pensé en ti porque desde hace tiempo que nos conocemos, sé que no somos amigos ni nada, pero, creí que no te molestaría que te invitara...

—Pues no, no me molesta —aclaró Jaehyo con un tono de voz menos incrédulo—. Solo me pareció extraño.

—¿Entonces...?

—No sé si pueda, trabajo todas las mañanas aquí y por la tarde tengo otro trabajo...

—Está bien —lo interrumpió Jiho sabiendo a dónde lo llevaría el comentario de Jaehyo, no sabía si sería capaz de soportar un rechazo y ya se estaba preparando para reclamarle a Kyung el haberlo animado a que hiciera tal cosa que sabía bien cómo terminaría incluso antes de intentarlo—. No importa, ya encontraré a alguien más que quiera ir conmigo, o en tal caso puedo ir solo, ¿no?

—Pero... sí quiero ir...

Jiho se quedó en silencio, de todas las posibles respuestas que había pensado que Jaehyo podía darle esa era la que más deseaba mas no la que esperaba.

—¿Sí? —preguntó Jiho delatando que no creía lo que había escuchado, Jaehyo tan solo asintió, con una sonrisa, esa que al otro tanto le hipnotizaba. Sin darse cuenta, la sonrisa de Jiho llegó a su rostro casi al instante en que notó la de Jaehyo.

—¿Y tu trabajo? —preguntó de repente Jiho, preocupado.

—Creo poder descansar al menos un día —lo tranquilizó Jaehyo—, no pasa nada, tan solo dime qué día quieres ir y yo arreglo mis asuntos para tener disponible esa tarde, ¿sí? Pero debes decirme con tiempo, si no, no podré.

—N-no, no te preocupes, estaba pensando que tal vez el sábado, hoy es martes así que creo que hay bastantes días de por medio, ¿crees poder tener esa tarde libre?

Jaehyo pareció meditarlo un momento. Los nervios amenazaban con volver a Jiho.

—Sí, creo que ese día podré tenerlo libre.

—¡Perfecto! Entonces, ¿te parece bien a las seis? —Jaehyo asintió—. G-gracias...

—No hay de qué, de todas formas me hace falta divertirme y tu pareces amigable. ¡Oh! ¿Vas a querer tu orden? —Jiho asintió, a esas alturas creía que se había quedado sin habla, no podía creerlo: había invitado a Jaehyo a salir y este había aceptado—. Muy bien, en un momento lo traigo.

Unos minutos más tarde Jaehyo llegó con el mismo pedido de siempre para Jiho y este se dispuso a comer pero como siempre, observando desde su lugar cada paso que Jaehyo daba y sin pensarlo siquiera, esa mañana mientras Jaehyo atendía a los clientes, sintió que alguien lo observaba por primera vez y en un momento en que estuvo atento a cada cliente que había en el restaurante supo quién era el dueño de los ojos que no se apartaban de su persona.

Poco después de terminar con su almuerzo, Kyung llegó al restaurante, puntual como siempre, sin saber que su amigo tenía ahí ya casi más de una hora, se fue a la mesa de siempre y ahí lo encontró pero para su sorpresa, frente a él había un vaso y plato vacíos.

—¡Has comido sin mí! ¡¿Cómo te atreves?! —dramatizó el otro procurando no llamar la atención demasiado y logró sacar de su amigo una risilla—. ¡No! ¡No te rías, traidor!

—Kyung, tengo que decirte algo, ven conmigo —Jiho se levantó, dejó el dinero por su comida sobre la mesa y se llevó a Kyung casi a rastras y sin entender lo que le sucedía al otro.

—¡Pero...! ¡Yo no he comido nada...!

—¡Kyung!, ¡Kyung! —gritó su amigo una vez estuvieron ambos fuera del restaurante donde se sentía un poco más libre de demostrar sus sentimientos por el chico que atendía las órdenes en el restaurante. Ahora que su invitación había sido bien vista, su felicidad era más grande que su persona y la enorme y tonta sonrisa en el rostro de Jiho lo delataban.

—¿Qué sucedió? —Kyung estaba cada segundo más confundido pues eran poquísimas las veces que había visto a su amigo tan feliz, tan sorprendido estaba que creyó que su amigo estaba perdiendo la cordura, aunque sabía que estaba exagerando, pero sabía que debía ser algo grande—. ¡Dime, pues! ¡No puedo con la angustia!

Jiho lo miró con la misma sonrisa que no había podido borrar desde que su mente procesó la conversación que había tenido con Jaehyo.

—Me dijo que sí, ¡aceptó salir conmigo, Kyung! ¡¿Te das cuenta?!

—¡¿Jaehyo?! —ahora no solo Jiho era el sorprendido, pero no sabía por qué sorprenderse más, si por la valentía de su amigo o por la aceptación de Jaehyo.

—¡Sí!

—¡Enhorabuena, Jiho! ¡No lo puedo creer!

—¡Tampoco yo, Kyung!



___________________________________________
Seh... ya sé que dije que actualizaría todos los miércoles pero pues... no lo resistí :v 

Heart AttackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora