(CASSY)
Tomé una bocanada de aire, sintiendo los ojos de Tom clavados en mi espalda mientras intentaba abrir la puerta de la casa. Succione mi labio inferior, casi soltando un grito de júbilo cuando por fin logré abrir la maldita puerta de mierda.
-apenas iba a ofrecerte mi ayuda-mencionó el amigo de Gustav y yo puse los ojos en blanco.
Entré en la sala de estar, mirándolo todo con ojo crítico... era espantoso, con todas sus letras. Los sofás nunca me habían parecido tan desastrosos, los cojines no combinaban y el piso tenía una gran mancha oscura frente a la chimenea, por más que había intentado limpiarla había fracasado olímpicamente, parecía una escena del crimen.
-adelante, estas en tu casa-mencioné y mire por encima del hombro.
Tom había cerrado la puerta y le concedía una mirada al espacio, sus ojos se detuvieron más de la cuenta en la mancha sobre el piso y yo sentí las mejillas enrojecer.
-Caramba niña, ¿que hiciste ahi?-él soltó una risa burlona, mirándome y alzando las cejas repetidamente-no te sonrojes, somos dos adultos...
Una ruidosa carcajada escapó de sus labios y yo sentí la piel más que roja, borgoña, cuando capte el sentido de sus palabras.
-Que estupido-murmure y su risa aumentó-cuando dejes de reírte puedo mostrarte tu habitación, te aseas y me invitas a cenar.
El guardó silencio y me miró, para asentir.
-Claro, muestrame donde dormiré...-me crucé de brazos y él fruncio el ceño- ¿por favor?
Puse los ojos en blanco, él no tenía ni 10 minutos en mi casa y ya me había colmado la paciencia. Y teniendo en cuenta que tenía una paciencia casi inquebrantable...
-Sigueme-mencioné.
Camine hacia el minúsculo pasillo donde se encontraban las dos habitaciones, las cuáles no eran impresionantes. Yo ocupaba la habitación principal, por lo que él dormiria en la habitacion/armario.
- ¿estas enojada Cass?-Alce ambas cejas ante su tono familiar que no tenía sentido.
Habían pasado años desde la última vez Que nos habíamos visto, Gustav de vez en vez hablaba de él pero como no tenía 12 años me tenía sin cuidado lo que Tom Kaulitz hiciera o dejará de hacer.
-Como crees-mencioné, de manera sarcástica.
Abrí la puerta de la que sería su habitación y él entró en ella, silbando suavemente.
- ¡cuanto espacio!-el sarcasmo en su voz fue obvio.
Esa habitación podía ser cualquier cosa menos espaciosa, forzosamente cabía una cama individual, una mesita de noche, un mueble de madera para guardar ropa y nada más, razón por la que se había ganado el cariñoso apodo de habitación/armario. Como punto a favor tenía una ventana grande en comparación con el tamaño del espacio, lo que inundaba de una bonita luz natural y a lo lejos el mar llenaba toda la vista
-es todo lo que se obtiene por aquí a cambio de nada-le tomé el pelo, sonriendo de manera malévola-te dejare para que te instales...
Salí del sitio, cerrando la puerta detrás de mi, andando hacia la sala de estar. Me deje caer en un sofá, la casa era fría a pesar de que el clima se había deshecho del invierno.
Me las arregle para desbaratar la trenza que me había mantenido una apariencia pasable pero que me jalaba el cabello de una manera incómoda. Un suspiro placentero emano de mi interior cuando mi mata calló sobre mis hombros, impregnando mis fosas nasales al olor del shampoo de rosas con el que lavaba mi cabello.
- ¿que quieres cenar?-solte un respingo y mire por encima de mi hombro-Joder, por la forma en que me miras juraría que quieres matarme y arrojar mi cadáver al océano.
Puse los ojos en blanco, apartando mi atención de él, por lo que lo tuve frente a mi unos instantes después.
-Pescado y papas...-lo miré y él alzaba una ceja
- ¿eso quieres cenar?-cuestionó, sin entender mi pequeña broma privada, obviamente
-acostumbrate-respondí-es casi lo único que venden por aquí.
Me puse de pie y anduve hacia la puerta, riéndome entre dientes a costillas suyas.
...
-Un tarro de cerveza oscura y dos ordenes de la especialidad-ordene por los dos, sin mirar el menú.
- ¿algo más?-quiso saber el mesero y yo negué con la cabeza-enseguida regresó,
Vi como el mesero se alejaba, nos encontrábamos en un Pub irlandés y Tom lo miraba todo con atención, paseando sus Marrones e inquietos ojos de aquí para allá, hasta centrarlos en mi rostro.
-y... ¿que haces por aqui?-quiso saber, recostando los antebrazos sobre la mesa.
Me encogi de hombros, su mirada me intimidaba y estaba luchando por evitar que se me notará. Observe sus labios de manera inconciente y él se dio cuenta porque sonrió de manera arrogante.
-ser feliz-le guiñe un ojo, para fingir ver algo muy interesante al otro lado del Pub
- ¿Alemania es sinónimo de infelicidad?-cuestionó unos instantes después.
-Alemania es sinónimo de falta de independencia...-su ceño se fruncio- ¿y podríamos esperar en silencio?
Tom puso los ojos en blanco, evitando mirarme
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I Scream For You
RandomTom Kaulitz vive la vida a 1000 km/h, con una existencia acelerada y peligrosa en la que ninguna mujer pasa del par de meses de permanencia, después de todo, ¿quien puede soportar tener el alma en vilo y ver a su hombre correr a más de 300 km sobre...