Cometiendo locuras bajo la luz verde

543 52 13
                                    

Decidí subir este relato por haber conseguido los 10.000 seguidores, al fin, tras casi cinco años, y publicando este capítulo apenas dos semanas después, ¡tengo ya casi el triple! Es increíble, no sé qué diantres han pasado estos últimos días jajajaa, pero espero que estéis disfrutando de esta precuela tanto como yo escribiéndola^^

--------

Debía de haber perdido completamente el juicio, fugándome con aquella desconocida tan sospechosa, y sin embargo me sentía más lúcido que en toda mi vida, por primera vez emocionado de verdad por hacer algo con sentido como era ayudar a esta extravagante humana de cabellos claros y ojos almendrados.

El agua del manantial conservaba todo el frío del invierno con todas sus heladas, por lo que la piel no se nos había puesto de un azul pálido cuando logramos salir a otra zona del templo más oscura y con las paredes más recargadas de pedazos de coral y pólipos. Incluso podía oler la sal que había quedado como último vestigio del antiguo mar. Tanta esencia marina no debía de sentarme muy bien. Aunque mis pulmones tenían mucha capacidad, me sentía mareado por la carrera buceando.

—¿Te encuentras bien? —me preguntó la humana, sorprendida de ver a un ser como yo debilitado.

Su imagen de repente se oscureció y distorsionó, como si se hubiera transformado en un demonio etéreo. Su voz me llegaba transfigurada, me costaba mucho trabajo entenderla, e irradiaba una energía roja y brillante que me advertía de que tenía que alejarme de ella.

No hice caso alguno.

—Sí, es solo que necesito vegetación, llevo demasiado tiempo bajo tierra —respondí tratando de darle una explicación plausible.

—¿Por aquí saldremos al norte?

—Estamos por debajo del campo de jazmines, al noroeste. La idea es ir un poco más hacia el oeste, hasta encontrar el cráter —Al oír el plan, sus cejas se arquearon casi imperceptiblemente, señal de que no le convencía; estábamos yendo en dirección contraria—. Su superficie está quemada, no hay apenas vida en él —proseguí a pesar de todo, porque estaba convencido de que el rodeo merecería la pena—, y el orichalcum de la zona camuflará la magia del Corazón. De esa forma podremos cruzar mejor el bosque aunque demos un rodeo.

—Espero que ese rodeo no nos lleve mucho tiempo, la vida de mi hermano se agota.

—Después del cráter tomaremos un atajo, sé lo que hago.

—Mmmm... —Estaba muy graciosa con el ceño pensativo, pero por dentro me enervaba que cuestionara mis palabras. Le había dicho que iba a ayudarla, pues que no me objetara—. Confiaré en ti entonces —declaró al fin como veredicto.

Y a pesar de que no me gustaba que me contrariaran, sabía que era una locura el que una humana confiara en una criatura como yo, por eso no pude evitar sonreír.

La joven ahora se escurría el pelo retorciéndoselo con habilidad. El vestido le quedaba mucho mejor así, adhiriéndosele a su piel.

—Tus manos parecen muy hábiles.

—¿Es eso un cumplido? —inquirió entre sorprendida e irónica.

—No, solo estaba sopesando si ibas a resultar un estorbo ralentizándonos o no. ¡Vamos! No hay tiempo que perder. —Ya me encontraba mejor y me aseguré de comprobar que no se habían echado a perder varios frascos que llevaba bajo mis prendas con semillas mágicas y otras hierbas que me había dado Fionell.

Había estado entrenando en la zona del cráter alguna vez, pero después coincidía que tenía pesadillas relacionadas con tormentas de estrellas de fuego, así que por mucho que me avergonzara contarlo en voz alta o reconocerlo para mis adentros, había dejado de acudir al lugar, aunque en principio me empeñara en enfrentarme a mis propios miedos. Había algo en ese lugar que no me gustaba y no sabía por qué. Fionell se reía de mí. A ningún feérico le gustaba la zona y era uno de los mayores miedos, que volviera caer otra estrella del cielo e incendiara todo el bosque. Mi maestra me había creído diferente a los demás feéricos, por eso le hacía gracia ver que mostraba los mismos recelos al respecto. Lejos de reconfortarme, me contó que en el mundo había más cráteres como ése y que el orichalcum siempre salía a su alrededor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 17, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fugitivos (Precuela de Léiriú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora