Diálogos

Quería hacer este apartado para explicar un tema general que suele tener errores bastantes comunes: los diálogos. En mis reseñas, todos han tenido fallos en esta sección. Honestamente no voy a enumerar cada error que cada escritor tenga, sino que prefiero ayudar con esta sección focalizada a la escritura de diálogos correctos.

Leer con atención y fijarse si cumplen con esto o no.

REGLA FUNDAMENTAL: Siempre hay que utilizar los guiones largos, mejor conocidos como rayas de diálogo. Es decir, estos: (—). Jamás los símbolos de resta (-) o guiones medianos que suelen aparecer en Word automáticamente, que también suelen confundirse con los largos.

PROHIBIDO ROTUNDAMENTE: Utilizar las comillas (") para enmarcar un diálogo. En el habla hispana esto es pecado, pues las comillas solo se usan en textos anglosajones, alemanes y en raras ocasiones en franceses (los cuales en realidad hacen una mezcla extraña entre comillas y rayas de diálogo).

PERMITIDO: Uso de comillas latinas, españolas o angulares (« ») para:

1. Enmarcar palabras extrañas seleccionadas intencionalmente.

2. Señalar la ironía en el uso de alguna palabra.

3. Citar textualmente algo.

4. Señalar obras o títulos.

5. Relatar los pensamientos de los personajes.

6. Continuar un diálogo demasiado extenso con la comilla de cierre iniciando el párrafo.

Ahora, con los puntos principales ya dichos, empezamos el análisis. Voy a escribir una serie de ejemplos de diálogos que mayormente se utilizan y la particularidad que cada uno tiene. Después los voy a ir explicando caso por caso.

Ejemplos:

1. —Me gustaría poder observar de cerca esos hermosos cerezos.

2. —Entonces hazlo —murmuró Leti.

3. —Están lejos —se excusó Leo—. Y es de noche, no saldré a estas horas.

4. —¿Qué podría ocurrirte? —cuestionó ella—, nada pasará. Vamos, te acompañaré.

5. —No, enserio, realmente no tengo ganas ahora... —suspiró resignado—. Mañana, ¿si?

6. —Eres un cobarde —lo molestó, y añadió—: De todas maneras te noto cansado...

7. —Sí, soy un cobarde cansado. Me iré a dormir. —Se levantó del frío suelo y se encaminó a su habitación, dejando a Leti sola mirando los cerezos al otro lado del río.

8. —... y fastidioso —suspiró ella—; yo sí tenía ganas de ir a verlos, cobarde.