Mi Talento

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Jueves 3

Habíamos llegado después de unas cuantas horas de vuelo y el día gris con los fuertes vientos anunciaba que las lluvias llegarían pronto.

Me subí sin ningún interés en el auto y así el chofer condujo por la ciudad de Tokio. Me recosté desinteresadamente sobre la ventana mientras miraba lo que sería mi nuevo hogar.

Ese día en particular había poca gente en las calles, pues las gotas de lluvia empezaron a caer de poco en poco, y todos empezaron a buscar refugio, a excepción de los adolescentes y niños que terminaban las clases de ese día. Vi estudiantes de diferentes escuelas, y me pregunte por mis adentros si alguna de ellos estaría conmigo cuando empezara la escuela; suspire levemente, pues aún extrañaba Hong Kong, y realmente no quería estar ahí. A pesar de que nuestras culturas se parecen bastantes, sigue siendo un lugar nuevo al cual debo de adaptarme, y eso es algo que no hago muy bien.

Mi mirada recorría los edificios, las luces brillantes y lo anuncios de aguas gaseosas hasta que mis ojos se centraron en alguien. Vi a una chica que esperaba su oportunidad para cruzar la calle. Mis ojos se abrieron un poco más y aquella expresión aburrida pareció esfumarse de mi rostro. Iba con un impermeable rosa y unas botas del mismo color y le sonreía cálidamente a otra chica de pelo largo y negro como la noche, una amiga supongo yo. Por un momento el vehículo pareció ir más lento, al igual que el tiempo mientras la veía detenidamente, hasta que por fin la dejamos atrás.

-¿Algo interesante joven Syaoran?- me preguntó mi chofer y yo moví mi cabeza levemente a los lados.

Regrese a mi postura desinteresada, pensando un poco por qué me había llamado la atención aquella chica, pero realmente no conseguí una respuesta. Sin más que discutir conmigo mismo, saque mi MP3 y me puse a escuchar música el resto del camino.

Lunes 7

Camine por los amplios pasillos de la escuela, buscando el aula que ya me habían asignado. Mi madre me había inscrito en la Preparatoria Funbari, un lugar de prestigio para jóvenes especiales; o a eso le decían por diferentes, sea por lo que sea, sólo sé que las personas con gran inteligencia, talento único o habilidades se congregaban aquí, en este mismo lugar de extraños. Por mi parte sé que también soy diferente, como ellos, pero en Hong Kong no teníamos una escuela que nos apartara de los demás haciéndonos más raros de lo que ya éramos.

Vi adentro de las aulas según como recorría los pasillos y escuche a los estudiantes riendo y gastándose bromas de mal gusto unos con otros. Suspire pesadamente ante eso; no me gustan los cambios, más cuando soy yo el que tiene que cambiar para adaptarse. Pensé sobre mi nueva vida en Japón, absorbiendo mi mente y energía en eso cuando sentí como alguien me golpeó el brazo al pasar corriendo a mi derecha provocando que casi cayera al suelo –¡Lo siento!– dijo aquella chica sin detenerse en ningún momento. Fruncí el ceño molesto, pero sólo me sacudí sutilmente el hombro y seguí caminando, intentando no ponerle mayor importancia.

Encontré el salón por fin y vi fijamente aquel rotulo sobre la puerta "3-B" por fin mi tercer año de preparatoria, y la pasaría en una escuela de fenómenos inadaptados. Suspire nuevamente. Trague pesado antes de abrir la puerta y al hacerlo vi al profesor sonreír felizmente mientras daba algún tipo de instrucción, pero calló al verme parado en el marco de la puerta.

–Oh, claro pasa adelante– me dijo como si yo le hubiera dicho algo –Clase quiero que conozcan a nuestro nuevo compañero, Li Syaoran. Él viene desde Hong Kong y espero todos sean amables con él.

Nadie dijo nada, sólo escuche un par de susurros y discretamente rodé mis ojos, exasperado. Yo hice una pequeña reverencia a manera de respeto, para así el profesor, indicarme el asiento en donde pasaría el resto de mi año escolar. Caminaba hacia allá cuando sentí algo que hizo que parara de golpe. Volteé levemente mi cabeza y vi a una chica que hablaba a susurros con alguien más. –¿Todo bien joven Li?– preguntó el profesor captando mi atención para así verlo a él. Asentí con la cabeza y seguí hasta mi lugar.

Our FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora