-Elias! Elias!
La niña de cabello castaño corría de un lado a otro en busca de su mejor amigo.
Había llegado a la puerta de su casa sin previo aviso, con la camisa arrugada y cansado por la caminata.
A el le encantaba estar en la casa de Alana. Siempre iba a pasar la tarde, pero nunca se lo pasaba con ella. Pues siempre de perdía por varias horas a un lugar que ella desconocía.
Hoy iba a ser diferente.
Quería encontrar el lugar al que el Escorpio se iba mientras ella jugaba sola.
Lo buscó y lo buscó. Pero, como siempre, no lo encontró.
Hasta que se fijo mejor en uno de los arbustos de su casa.
-Elias?
El chico se sobresalto.
-Que estas haciendo?
-Nada.
-Como que nada? Espías a alguien!?
La Acuario se acurrucó a su lado y mira por el arbusto.
-Claro que no. Ve a jugar con tus muñecas.
-No no. Quiero ver a quién miras.
-Yo no miro a nadie...
Pero Alana ubicó una cabellera castaña igual a la suya. Estaba tocando el piano con agilidad y precisión.
-Ella? Estas viendo a Vic?
-Así se llama? - dijo Elias con los ojos iluminados.
-Si, esta en mi clase. Pero no sabe que existo.
-Es muy hermosa.
-Te gusta?
El Escorpio no respondió. Pues no sabía si le gustaba. Lo único que tenía claro es que venía cinco veces a la semana a la casa de su amiga sólo para verla tocar el piano.
-Creo que...
-Por que no la saludamos?
-Estas loca!
-Liam dice que es muy amable.
-No me importa, no le hablaré.
-Por que no? Tienes miedo?
-Yo...
-Tienes miedo! Tienes miedo!
-Que no!
-Que si!
-Que no!
-Miedoso!
Pero de repente, una dulce voz los interrumpió.
-Disculpen. Podrían hacer silecio, estoy tratando de practicar.
Los dos chicos se quedaron estéticos.
-Emmm...
-Si, lo lamento, ella está loca.
La risa de la Virgo hizo que los brazos de Elias se erizarán.
-No se preocupen. Sólo bajen un poco la voz.
-Claro.
-Por supuesto.
-Con gusto
-Como mandes.
Victoria se asustó por la actitud de los dos desconocidos.-Entonces... Adiós.
-Adiós! - dijeron al mismo tiempo.
La chica entró a su casa con inseguridad, pues los dos chicos no se movían de su puesto y la miraron fijamente hasta que ya había desaparecido.
-Pero que raros...
Volvió otra vez a su piano y se dispuso a ensayar.
Pero la voz de su madre la interrumpió.
-Victoria! Ve a cambiarte! Viene unos amigos.
-Amigos?
-Si, de tu padre. Ahora ponte algo decente para recibirlos.
La niña obedeció con sumisión y en menos de media hora ya estaba en la entrada de su casa con un vestido rosa hasta las rodillas.
Odiaba que sus padres invitarán a desconocidos, pues casi siempre traían a sus hijos, la mayoría de su misma edad.
Eran unos tontos, la traban mal y no eran para nada educados.
Se negó a estar por mucho tiempo en la entrada así que volvió al estudio, donde estaba su piano.
Repaso unas cuantas melodías y salió cuando pensó que ya había sido suficiente.
Pero tropezó con alguien al salir.
-Perdón.
Lo miro y se sorprendió por el azul de sus ojos.
-Perdoname tu a mi.
Soltó una risita por su comentario.
-Cariño, encontraste el baño? - su madre llego desde atrás.
-No. - le respondió firme. - Pero si a esta linda señorita.
Las mejillas de la Virgo no tardaron en encenderse.
-Es mi hija, Victoria.
La chica estiro su mano para poder presentarse.
-Victoria?
-Hay algo de malo con mi nombre?
-No no. Es hermoso.
El desconocido estrecho su mano con delicadeza.
-Mucho gusto, Victoria. - hablo con una sonrisa. - Soy Adam Rodriguez.
-Tu nombre no es hermoso.
El Aries río con ganas.
-Gracias por avisarme.
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Before The Eight
Dla nastolatkówLa vida de doce peculiares personas, antes de que el destino decidiera juntarlos. Obra paralela a Be A Zodiac One. Donde se muestra la historia tras cada uno de los personajes de la trama principal. Es recomendable leer Be A Zodiac One junto con est...