Hope

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-Por que me obligas mamá? No quiero ir a esas estúpidas clases...

-Esa boca!

Ahí estaba Lena Hunt, con la mente hecha un desastre y el corazón a punto de estallar.

-Es una pérdida de tiempo.

-Conocerás personas y harás muchos amigos.

-Si, amigos perdedores y sosos.

-Van muy buenas personas a ese curso.

-Sólo los perdedores van a ese curso.

Era cierto, no se imaginaba lo que dirían en la escuela si se enteraran que ella asistía a un curso para personas con déficit de atención.

Cuando llegaron al lugar, bajo del auto sin despedirse y entró rápidamente al establecimiento para que nadie conocido la viera.

Estaba en sus plenos 14 años y le importaba mucho más lo que sus amigas dijeran a lo que ella misma pensara.

Definitivamente ella no parecía una chica de 14 años, ella era toda una adulta joven. Con mentalidad madura pero con una vida llena de impedimentos para ella misma.

Cada vez que quería hacer algo diferente a lo de siempre, en su cabeza se repetía una y otra vez la frase Pero que haría ella si... Así se retenía de hacer lo que una niña de su edad haría para pretender hacer algo que no quería.

Se sentó rápidamente en una de las sillas disponible y se dispuso a ver a cada uno de sus compañeros.

En efecto, un montón de perdedores. Todos eran raritos y nadie le ponía atención.

Se sintió pequeña y desvalorada. Pues ahora era la que veía a los demás mientras era costumbre que los demás la vieran a ella.

De repente puerta principal se abrió, dejando entrar a un hombre joven pero no tanto. Traía una sonrisa de oreja a oreja y tenía una expresión agradable y relajada.

Detrás de el estaba su hijo, a quien su padre había obligado a acompañarlo ese día a dar sus clases de ayuda para jóvenes de su edad.

Como ella, el tampoco quería estar presente en esa clase, pero su padre le pagaría por ser su ayudante especial en esa ocasión, además, necesitaba dinero para conquistar a la chica que le gustaba.

El hombre se presentó como José Gomez, originario de latinoamérica, igual que se hijo, quien vivía en ese país desde que tenía memoria.

Llego el momento de presentarse.

Liam no le daba importancia, pues el sólo estaba ahí para tener un poco de dinero. Pero una fina voz llamó su atención.

-Soy Lena Hunt y tengo 14 años.

-Por que estas aquí Lena?

-Por que mi madre me obligó.

El chico no pudo evitar reír por su respuesta, tenía pantalones, cualquier chica hubiera mentido o no contestado excusándose con esa estúpida timidez que el tanto odiaba.

La chica Leo lo notó. Por que ese extraño se estaba burlando de ella?

-Disculpa, pero no estoy pintada de payaso como para que te rías en mi cara.

No estaba teniendo un buen día, sabía que con cualquier situación podría explotar.

-Es gracioso, por que se nota que necesitas de esta clase niña.

-Disculpa!?

-Mejor sigamos con el siguiente...

-Oh dejala papá, que el primer paso lógico de los imbéciles es aceptar que lo son.

-Pero quien te crees!?

-Basta!

-Ella empezó...

-Tu me seguiste.

-Importa? Eres tu la ofendida.

-Vete.

El chico tampoco tenía el mejor de los comportamientos ese día, normalmente el odiaría las personas que pelean por estupideces, pero a esa chica necesitaban darle un poco de su propia medicina.

Se levantó orgulloso de su silla y paso por el lado de su nueva amiga.

-Hasta que por fina alguien te aterriza, princesa?

La chica lo miro con odia pero no medio ante su intimidación.

-Largo!

Salió dando un duro golpe a la puerta.

-Debo ir al baño. - informo Lena mientras se levantaba de su puesto.

Obviamente no iba a ir al baño, iba a confrontar el imbécil que se creía las mil maravillas.

-Hey! Tu!

Paro en seco al escuchar su voz, otra vez.

-Que quieres?

-Que respetes y calles de una vez por todas tus comentarios ofensivos.

-Wow! Nunca me habían insultado de manera más sofisticada.

-Ya dejalo! Por Dios!

-No no cariño. Por Dios no, por ti si.

Los dos se quedaron mirando por un momento. Ella no quería responder, por que sabía que si lo hacia la situación terminaría siendo una gran pelea. Pero el quería ver de lo que la chica estaba hecha.

-Dajame adivinar. La chica segundona detrás de sus amiguitas que hace todo lo que ellas quieran, me equivocó? - no, no se equivocada. - Tu madre te trajo aquí a la fuerza por que piensa que necesitas de esas estúpidas clases, pero tu no querías por que te importa más lo que digan sobre ti que como estés verdaderamente, me equivoco?

La chica sintió ganas de llorar,ese chico había dado en su punto débil.

Se dio la vuelta para salir de ese pasillo e ir al lugar que la salida le indicará.

-Pero no te preocupes! - oyó detrás. - Tu toda vía tienes esperanzas.

No le importó y siguió caminado hasta salir afuera.

Fue a un lugar alejado y se sentó en el suelo.

Y si el tenía razón? Y si todo lo que le había dicho era verdad?

Al siguiente día decidió volver, pues tenía curiosidad de saber a lo que ese chico se refería con "Tener Esperanza"

Lo encontró aburrido sentado en su silla viendo a la nada.

Cuando noto la presencia de la Leo quiso sonreír, pues sabía que esa chica tenía algo especial y no iba a desperdiciar la potencia que tenía ese diamante oculto ante sus ojos.

La invitó a sentarse a su lado, ella lo hizo sin vacilar.

-Soy Lena.

-Liam.

Before The EightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora