Llegamos al bar, nos sentamos en la barra y ordenamos dos cervezas. El cantinero era un hombre de estatura alta, gordo, y con una gran barba. Algo así como un duende pero grande.
Entonces Shawn rompe el silencio.
-Y dime... ¿Que ocurrió? ¿Porque llorabas?- hace una pausa- claro si quieres decirme.
Sonrió y confieso.
-Es algo complicado y largo.
Digo agarrándome la cabeza.
-Tengo tiempo.
-Esta bien- digo acomodandome en el asiento- cuando era niña mi padre nos abandono a mi madre y a mi. Y unos años después consiguió mi numero de celular y desde entonces no deja de llamar o mandar mensajes. A raíz de eso estuve una pelea con mi madre, porque había visto su número y pensó que yo me comunicaba con el. Y después de eso mi novio termino conmigo. Caí en una depresión extrema. Me corte y me tuvieron que llevar al hospital. Y hoy hablando con mi mejor amiga toco el tema, dijo que era una estupidez. Me dolió y me fui de la cafetería en la que estábamos.
-Sus bebidas- dice el cantinero interrumpiendo.
Agarro mi cerveza y tomo un sorbo.
-Lo lamento- dijo Shawn dejando la bebida en la barra- se que es difícil no tener padre. Tengo casi la misma historia, excepto que sin sangre y hospitales.
-¿Que fue?
-Mis padres se separaron cuando era muy pequeño. Mi padre hizo su vida, y jamas volvió a visitarme. El tiene esposa y dos hijos. Una vez lo cruce... El estaba en un restaurante festejando su cumpleaños. Me miro y hizo como si no me conociera- toma una pausa y mira su bebida- desde entonces no lo he vuelto a ver.
-Lo siento mucho.
-Al parecer- me mira y hace una mueca- tenias mas en común de lo que pensaba.
-Al parecer si.
Se encorva y dice.
-Dime joven, ¿como te llamas?
-Odio mi nombre.
-¿Porque?
-Me lo puso mi padre.
-Oh entiendo.
-Taissa- digo- me llamo Taissa.
-Que bonito nombre.
-En tuyo igual.
Terminamos nuestras bebidas y el me acompaña a mi casa. Llegamos a la entrada.
-Gracias, enserio, me salvaste de regresar a mi casa y tener que aguantar a mi madre.
-No es nada, cuando me necesites aquí estaré.
Los dos sonreímos.
Y nos despedimos.
Entró a mi casa sin hacer ruido y subo por las escaleras.
Entro a mi habitación y me tiro a la cama en boca arriba. Y dejo escapar una risita. Y sin darme cuenta me quedo dormida.