3

12 2 0
                                    

Dan

-¿Ya estás listo, el avión partirá en unos minutos?-. Le dijo Manuel a Daniel, quien estaba poniéndose su uniforme.

-En un momento, ponerse estos harapos nunca es fácil ¿sabes?-.

-De acuerdo, estaré en la sala de armamento esperándote, no te tardes mucho-. Manuel dio la vuelta y se fue lentamente hacia la sala de armamento.

"¿Dónde estás maldita sea?" decía Daniel en su mente mientras buscaba la foto de su pequeña hija de 5 años junto con su difunta esposa, quien murió al parir a la pobre bebé. 

-Por fin te encuentro, tesoro mío- Decía a la vez que besaba el papel y lo guardaba en uno de los bolsillos de su chaqueta, tomó su arma y se dirigió a la sala de armamento. Vio a Manuel al final de la sala, con su arma en manos, se acercó hacia él.

-¿Por qué tardaste tanto Dan? vamos rápido, estamos atrasados-. 

-De acuerdo-. 

Al llegar al avión se encontraron con un puñado de soldados novatos, en ese momento Daniel se sintió ofendido.

-¿Quiénes son estos primerizos? Parecen sacados de una guardería, aquel no puede ni levantar su equipaje, ¿qué acaso Knovos nos vio la cara de idiotas?-.

-Al parecer sí, acostúmbrate Dan, es lo que tenemos, no podemos hacer más, solo esperemos que no tengamos que cargar con tantos cadáveres de camino a casa-. Daniel sintió en Manuel cierta desilusión - Preséntate, al parecer están entusiasmados de conocerte-.

-De acuerdo, pero no esperes que les cuide el culo, no voy a ser el guardaespaldas de ninguno-.

-No te confíes Dan, tal vez en algún momento tú seas el que necesite su ayuda, no seas tan duro con ellos, te espero adentro-.

Dicho eso, Manuel tomó su equipaje y el de Daniel y subió al avión, mientras tanto, todos los soldados se acercaron a Daniel, al parecer lo habían oído todo.

-Soldados, quiero dos filas, rápido- Gritó Dan.

Los soldados se movieron tan inútilmente que se cayeron unos con otros, sin embargo, hicieron las filas rápidamente.

-Me llamo Daniel Caston, soy su oficial al mando y compañero de guerra, si creyeron que esto sería una simple misión de infiltración en Mendil están muy equivocados, desde que lleguemos a nuestro destino no cesarán las balas de los enemigos, muchos de ustedes morirán, pero créanme, preferirán la muerte a un segundo más en el campo de batalla, la guerra es fría muchachos, y solo el más hábil sobrevive, ¿entendieron todos?- Hubo pocas respuestas- ¡¡¡¿entendieron todos?¡¡¡-.

-¡Señor, sí señor¡- Dijeron todos los soldados al unísono.

-Bien, vamos, no perdamos el tiempo- Daniel subió al avión.

-Tus palabras fueron tan conmovedoras, me hiciste llorar- Dijo Manuel una vez vio que Daniel se acercaba a él, Daniel no respondió nada, ante el silencio incómodo Manuel dijo:

-Bien, ¿cuando volvamos a Midris pagarás la primera ronda?- Manuel pasó de estar desilusionado a emocionado, se le veía un tanto feliz.

-Si volvemos, compro todo el jodido bar-.

El avión despegó tan rápido como una bala y se perdió entre las nubes.

Campo de BatallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora