Capitulo 5: La cucaracha Sebastian.
(Axel)
Elizabeth ya se encontraba dormida. Se miraba mas tranquila.
Y pensar que tendría que pasar el resto de su vida con ella, al menos no me molestaría mientras durmiera...
Debía admitir que era una bella habitación con piso de madera y paredes azul cielo. Habían unas cuantas fotos de Elizabeth junto con su familia y amigos. Sentía incomodidad con las imágenes, en Eclipto nadie acostumbraba a tener retratos.
Aunque realmente aquí todo era distinto, no sabia como iba a solucionar esto. Elizabeth y yo éramos polos opuestos. Tome el pequeño celular que tenia en mi bolsillo. Nuestros celulares eran con una tecnología mas avanzada y de diferentes estilos. La pantalla era tercera dimensión. Necesitaba comunicarme con Sebastian. Decidí mejor mandar un mensaje para no despertar a Elizabeth;
Sebastian encontré el diamante. No me lo vas a creer, sigue el rastreador de mi celular. Por favor se discreto, es una casa con humanos, vivos, dentro.
Mande el mensaje y espere. Sabia que no tardaría, Sebastian no se perdía nada. Mi amigo era muy distinto a mi. Su personalidad era idéntica a la de los humanos. Creo que jamas media el peligro, siendo un poco inmaduro, pero eso si, siempre un buen amigo.
La verdad no entendí como todo esto había sucedido. Recuerdo que mi madre decía que el destino estaba marcado. No le encontraba sentido a que Elizabeth estuviera en el mío.
De repente escuche un fuerte ruido venir del interior de la casa ¿Que diablos? Salí de la habitación con una velocidad sobrehumana. Maldición no tenia idea de que podía ser.
-¿Que diablos?- dije en la oscuridad. Sebastian estaba abriendo el refrigerador y sostenía unas bolsas de papas.
-Lo siento hermano ¡Esta comida esta genial! ¿Sabes cuanto engordan los humanos com esto?
No sabia si ponerme a llorar o a reír. El jamas hacia lo que le decía.
-Te dije que fueras discreto y mira.
Señale el desastre que tenia.
-Solo les haga un favor ¿Quieres que después rueden? No quiero cargar con esa culpa- dijo guiñando un ojo.
Si después de todo el apodo de cucaracha no le iba tan mal.
-Vamos tengo que mostrarte algo y deja eso.
-Solo llevare estas- dijo con la bolsa en la mano, dejando lo demás. Caminamos silenciosos al cuarto de Elizabeth -Shh...
El ruido de la bolsa fue demasiado alto, por suerte Elizabeth seguía profundamente dormida.
-¿Vamos a robar una chica? Y siempre creí que yo era el de las ideas buena.
-¡Sebastian! Esto es serio.
-Es linda- susurro. Creo que era todo lo que tenia en la cabeza.
-Ella tenia el diamante.
-Buena onda hermano ¿Le diste las gracias?
-Idiota. ¿Sabes lo que significa eso?
-Mmm.... Parece que lo se- dijo encogiendose de hombros.
Elizabeth se movió inquieta en su cama. Diablos. De repente se sentó sobre la cama y nos miro adormilada. -Pueden callarse, intento alcanzar al caballo- dicho eso se volvió a echar en su cama.
¿El caballo? Genial.
-Wow ternurita.
-Ya basta Sebastian. Concentrare. Ahora estoy conectado a ella, no se que haré.
-¿Se hizo el lazo? ¿Con una simple humana?
-Si y es demasiado irritante para su tamaño.
-Entonces ahora no podras ir a Eclipto sin ella....
-Lo se, pero ella no esta preparada. Es capaz de morir de un infarto y llevarme entre las patas. Quiero morir de una mejor manera.
-Preparala.
-¿Que? ¿Quieres que me la coma? No seas idiota.
-Idiota tu. Preparala para ir a Eclipto, dile lo que hay, enseñale.
Literalmente quede con la boca abierta. -Creo que es lo mas inteligente que has dicho.
-Cuando tengo ganas pienso- dijo orgulloso. No pude evitar reírme.
-¿Alguien me busca?
-La tía Lili irritante, pero no te busca. Génesis si.
Génesis era mi pequeña hermana de cuarenta y cinco años. Que al parecer aquí aparentaba unos dieseis años y también estaba mi hermano Dante el mayor. Tenia sesenta y ocho años y aparentaba veinticuatro en este mundo.
-Deberás mentir. Di que enferme de un virus aquí en la tierra o usa tu cerebro de nuevo e invita algo.
-Todo se lo dejan al guapo.
Sebastian se quedo en silencio devorando su comida. Esto seria demasiado difícil, pero tendría que afrontarlo. Enseñaría a Elizabeth a ser como nosotros.
Observe a la frágil humana que dormía en la cama. -Lo siento- susurre.
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Equinoccio
Fantasy¿Cómo era posible? Ayer era una chica normal y ahora, ahora no tenía idea en quien me había convertido. Él había cambiado todo. Nada de lo que creíamos era verdad.