veinte y cinco (*)

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Violeta no hallaba donde esconderse, estaba aterrada. ¿Qué le había pasado por la cabeza para decirle a Alan que tenían que hablar? ¡Se había vuelto loca definitivamente! Ahora iba de camino a la casa del ojiazul para decirle toda la verdad...

Que todos los dioses la ayuden para que no se desmaye.

Por otro lado Alan estaba intrigado, ¿qué era eso tan importante que la teñida tenía que decirle? Y todavía más intrigante, ¿cuál era la urgencia por decírselo? Se le habían erizado los bellos del cuerpo pensando en todas las respuestas posibles, había buenas opciones, posibles y negativas alternativas. La cosa es que él ni siquiera tenía la más mínima idea o sospecha de que era lo que ofuscaba tanto a Violeta.

[...]

A eso de las tres de la tarde Violeta se decidió a avisarle a Alan que iba a llegar a su casa en quince minutos, ya tenía pensado que iba a decirle con coherencia y quizás lo tenía apuntado, sólo quizás claro.

Yo: Alan, voy en camino. Llegó en quince.

Él❤: Bueno, acá te espero.

Dios, Dios, Dios. Necesitaba ayuda. Así que se fue directo al grupo que tenía con sus amigas.

→Regresamos como gemas :D

Yo: Chicas, ocupo su ayuda ok. Estoy entrando en pánico, y si me caigo o digo que me cayó mal la comida y no voy :D.

Esa Chucha: Nonono. ._. Stronza, vos no le decís y te mató ok.

Popof: Viole, es fácil. Lo habíamos practicado :)

ValVal: Respira y todo saldrá bien ♥

La otra yo: Si voy a tu casa en cinco minutos y no has salido te voy a quitar todos tus libros físicos y en pdf junto con el helado de limón y mora.

Yo: NPONONOONOONOONONONONONNNNNNNNNNNNNNNNOOOOOOOOOOO BRUJA NO.

La otra yo: Entonces salí ya de tu casa >:v

Yo: Ya estoy afuera pero es que tengo miedo weeeeeey.

La otra yo: MIRA CTM VOS VAS A DONDE ALAN, LE DECÍS EL DISCURSO YA ENSAYADO, LO BESAS Y TE VAS A LA CONCHA DE LA LORA.

Popof: Exacto, Tululu tiene razón.

ValVal: Leta, andate ya >:(.

Esa Chucha: STRONZA, mira que yo ya lo hice con Joshua y estamos happily together. ❤😌✨.

La otra yo: EL BESO DEL BAILE JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA POR DEOS NO PUEDO JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.

Popof: LOL JAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJA.

Yo: JAJAJAJAJAJAJA PAREN, YA ME VOY A LA CASA DEL ALAN. DESEENME SUERTE HIJAS DE LA PATATA.

La teñida cerró el grupo, y siguió caminando mientras se acordaba de sus dos amigos. Joshua y Franchesca habían iniciado como amigos por Grettel (ahre que metida), a ella le empezó a gustar él y tomo la iniciativa de un plan que todavía la hacia reír como la primera vez.

En fin, esa era una historia para contar otro día. Regresando al presente, Alan la estaba esperando en la puerta de su casa con una bolsa del supermercado.

—¿Quince minutos, eh? Una vida y la eternidad junto con el infinito más bien. —Le regaló una sonrisa rápida y un guiño que casi le da un infarto.

—Alan, calla esa boca tuya. No me duré tanto en venir acá, quizás unos tres minutos más de lo que te había dicho pero ni tanto es, deja de exagerar un rato, ¿vale? —Le dio una palmada en el hombro y entró a la casa en la que iba a pasar los próximos minutos más estresantes de su vida.

Al entrar se fue a sentar en el sillón favorito de Alan, se sabía de memoria toda esa casa. Había ido tantas veces que podía recorrerla con los ojos cerrados sin tropezar. Alan se había ido a la cocina para dejar las compras y cuando regresó trajo con él medio galón de helado de limón y mora.

—¡YO QUIERO! ¡DAME, DAME, DAME! —Hasta los vecinos de ella escucharon esos gritos de seguro, pero es que son sus helados favoritos.

—Te calmas o no te doy nada. Todavía no entiendo como no sos una bolsa de persona con tanto helado que comes. Ni espinillas te salen.

—Soy demasiado fabulosa para ellas, ahora dame el helado y nadie sale herido. —Hace un signo de pistola con la mano y lo apunta.

—¡UY NO! ¡AYUDA, ME ASALTAN MI HELADO! —Alan salió corriendo.

Violeta se quedó congelada dos segundos, y luego fue detrás de él. Se carcajeaba mientras lo seguía por las tonterías que gritaba, iba tan rápido que no pudo frenar cuando él se detuvo sin avisarle, así que le cayó encima.

—¡Tonto! Vas a hacer que te mate de un golpe.

—Quitate de encima para levantarme. —Ella se movió y se sentó en forma india en el suelo.

Cuando Alan se levantó copio su acción y quedaron frente a frente.

—¿Y qué era lo importante que me tenías que decir? —Le pasó una cuchara mientras abría el helado de mora.

—Hummm. —Violeta se miraba las manos y jugaba con la cuchara tratando de concentrarse y tomar valor—. Es algo... complicado.

—Toma helado para que sea más fácil hablar. —De nuevo le pasó algo, está vez el helado de mora. Y la observó.

—Mira, lo que pasa es que yo... —Se mete una cucharada de helado a la boca— ¿Te acordás de cuando te dije que alguien me gustaba?

—Sí, me dejaste con la duda.

—¿Y te acordas que te dije que no te podía decir?

—Si me acuerdo. ¿Vas a llegar al punto?

—Es que lo pasa es... —Se come otra cucharada de helado—. Vos sos el que me gusta.

Alan nunca había estado tan feliz y sorprendido antes.

MilkShake #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora