Capítulo IV.-

112 9 6
                                    

~Ichigo~

La gárgola se dirigió hacia una torre "¿pero que?, a ellos los metió por las ventanas y a mi me va a llevar a la torre" pensó molesto sacudiéndose y golpeando a la gran bestia que lo tenía atrapado en sus garras, fue arrojado desde lo alto y entró por la ventana rompiendo así las ventanas y enredándose en las cortinas.

- ten cuidado - le dijo una suave voz cuando cayó al suelo - no vayas a lastimarte, a mi señorita no le gustaría eso - Ichigo saco la cabeza de su trampa de tela y vio a una mujer muy pálida, vestida con ropas blancas con decoración azul - mi nombre es Sode No Shirayuki, la guardiana de la señorita y no se porque extraña razón también la suya. Su majestad los quiere puntuales en la cena, así que no lo hagas esperar y arreglate, la señora ya debe estar con él - dijo sería mientras salía de la habitación.

- ¡¡Espera!!, ¿que señorita? ¿Quien es su majestad? ¿Que señora? - le cuestionó en cuanto tuvo su atención.

- la señorita Rukia, la princesa de todo lo que vez, su majestad es el príncipe de todo esto y la señora es aquella que está destinada a desposar a su majestad, todo el castillo se regocija con su presencia, es una gran fortuna que su majestad la encontrará - dijo lo último con una sonrisa para volver a su apacible semblante y retirarse por completo.

- aún no entiendo - dijo Ichigo con una gota en la sien.

~Hisana~

La gárgola la depósito delicadamente en la entrada frente a la imponente puerta de madera, vio como sus amigos eran dejados en los balcones o simplemente arrojados por las ventanas, se alegró al saber que corrió con la suerte de que a ella la dejaran civilizadamente en la entrada, pero no tocaría, debía buscar ayuda. Comenzó a caminar en la dirección contraria de la puerta y se detuvo cuando está comenzó a crujir.

- si fuera tu no haría eso - dijo una voz masculina.

- ¿que es lo que se supone que no haría usted? - cuestionó examinando su alrededor con los ojos bien abiertos.

- tratar de huir de su majestad, el se molestara mucho mi señora

- señorita para usted...

- lo lamento señorita pero la hemos esperado tanto tiempo que ya es como si la conociéramos del todo.

- ¿como que esperado? ¿Y donde se encuentra? Es de muy malos modales hacer eso - se cruzó de brazos y bajo la mirada.

- lo siento señorita pero estoy frente a usted, se que parezco irreal pero aquí estoy

- ¿a que te refieres?

- soy Urahara Kisuke, el guardián de la puerta o mejor dicho, la puerta - de pronto la puerta tenía dos grandes ojos grisáceos y una sonrisa sinica.

La pobre Hisana sólo atino a gritar y tratar de huir. Lo estaba logrando hasta que una cadena roja se enredó en sus piernas y la hizo caer.

- mi señora por favor - le pidió un pelirrojo alto que caminaba hacia ella, las cadenas parecían provenir de su cuerpo - no me haga hacerle esto, su majestad se molestara mucho si algo le sucede, este bosque es muy peligroso para alguien tan frágil como usted,lo que usted necesita es entrar al castillo y resguardarse del frío - se inclinó frente a ella y le extendió la mano - más le vale escucharme si no teme por su vida - sus ojos castaños tomaron un color rojo cuando pronunció la última frase.

Hisana sudo frío y tomó su mano, este la ayudó a levantarse y la condujo a la puerta.

- y tu Kisuke, más te vale no hablar de más o su majestad va a acabar contigo - la puerta en respuesta se abrió y dejo salir una sonora carcajada.

- Señor Renji, si yo temiera a su majestad ni siquiera me atrevería a moverme, en cambio tu, amenazas a la señora y hablas de la furia de su majestad, como si no te aterraras cada vez que el llega molesto. Pero en fin Abarai yo no estaría tan cerca de ella...

- ¿por que dices eso estúpida puerta? - pregunto molesto el pelirrojo.

- ¿que significa esta tardanza? - dijo una voz masculina tras ellos, Hisana y Renji voltearon y se encontraron a un hombre de cabello negro y profundos ojos grises.

- su majestad...


En Ese Castillo (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora