Careless Whisper

Capítulo 4

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Deseaba que no se hubiera ido, ¿ella siempre ha sido tan deseable?

Ayer veía a Jessica, como mi príncipe romántico que fue a rescatarme... y hoy, específicamente en este momento, la veo como un deseo sexual. Esta mujer me cautiva en todos los sentidos.

Apesar de que ella comenzaba a alistarse yo quería seguir en esa cama cuyo olor me mareaba y no precisamente en el sentido de malestar. Todo el sitio olía a Jessica.

Escuché como entró al baño y la regadera comenzaba a sonar.

Tumbada en la cama pensaba en lo ocurrido la noche pasada.
Aunque estar con mi dama de seda era algo más allá de lo maravilloso, aun me quedaban ganas de llorar y mi pecho dolía. Yo creí que era más fuerte... no sabía que era tan débil, me doy lástima.

Como quería olvidarme de ello, me levante de la cama para dirigirme a la cocina para calentar algo de agua para café.

Una vez de darle un sorbo a mi café ya preparado, me dirigí a la puerta del baño.

-J-jes, preparé algo de café, ¿te gustaría un poco?

Por alguna razón mi voz salió nerviosa, me odio.

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Cogía el shampoo cuando la voz de la enana llamó mi atención.

-Claro, pero, sólo ponle dos cucharadas ¿ok?-Volví a lo mio.

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Pegué mi oído a la puerta.

-¿Cucharadas? -pregunté

-¿Hm?... Sí, ya sabes, de azúcar.

-¡Ahh!

                                                                                  Silencio.

Por alguna torpe razón no me moví, tal vez esperaba que jessica me dijera algo más o no sé algo así.

-Sé que sigues ahí Tae -Mi corazón se alteró cuando ella dijo aquello. -También sé que tienes deseos de entrar. Hazlo, no hay problema... pero Tae... contéstame algo.-
¿Qué le contestara algo?, ¿cómo sabía que yo seguía ahí? ¿cómo sabía que dentro de mi existía ese deseo de entrar y ver ese cuerpo de seda?, ¿acaso es AdivinaMíticaVidente y sus ojos traspasan lo material?

-¿Qué pasa?

-¿Tus mejillas ya están rojas? -Se escuchó una risa que de seguro hasta los vecinos escucharon, pero sí, de hecho antes de que me preguntara eso mi cara ya estaba sonrojada.

-¡Jessica! -Chillé su nombre mientras tomaba mi rostro con mis manos, ¿Cómo sabía eso?

Ella no paraba de reírse, y siendo sincera en vez de que aquel gesto fuese lindo, me estaba haciendo enojar.

-Ya para por favor.

-Lo lamento Tae pero es muy divertido jugar contigo. -Dijo entre sus risas.