Ya no se que hacer, me enteré que regresabas. La verdad esperé que nunca lo hicieras, aunque se eventualmente lo harías. Nunca te mantenías en un mismo lugar por demasiado tiempo, pero de todos los lugares en los que has estado, ¿porque regresar a este? Tu puedes estar en donde quieras, eres un espíritu libre, no tienes porque regresar a este lugar donde no hay sueños, donde no hay esperanza, donde no hay nada. Tu no perteneces aquí, tu mereces algo mejor.
Sé que sueno muy egoísta pero no te quiero aquí. Mereces algo mucho mejor que esto, tienes tantas aspiraciones y se que estas muy cerca de lograrlo.
Una de las muchas cosas que me gustan de ti es que sabes lo que quieres y mejor aún, sabes lo que necesitas para llegar a eso. Lamentablemente yo no soy una de esas cosas, te dejé ir porque se lo tóxica que soy, lo mucho que demando y lo poco que doy.
Dejé que te fueras porque eres demasiado buena para mi, tu no mereces estar amarrada a alguien como yo. Se que parezco una persona que tiene todo planeado pero no, nunca he sido así. De echo, me encantaría ser así. Los pocos planes que tengo nunca resultan como los planeo, ya sea por circunstancias de la vida o porque a la hora de la hora decido cambiar de rumbo.
En fin, no soy para ti.
Tu eres luz, yo soy toda oscuridad.
Tu eres felicidad y yo tristeza.
Tu eres un día de playa soleado y yo un día frio, nublado, con lluvia, de esos que te dan ganas de llorar con solo salir de casa.
Sé que no soy nadie para evitar que vuelvas, así que nisiquiera lo intentaré. Sólo espero que cuando regreses no veas la decepción en la que todo se ha convertido.
Espero que estes bien y que tu viaje sea seguro.
Te quiero.
-O.